Argentino o uruguayo, nunca hay que darlo por muerto: la increíble historia de Juan Hohberg en el Mundial 1954
Nació en nuestro país pero jugó para Uruguay. En la semifinal de la Copa del Mundo de Suiza se desplomó y estuvo clínicamente muerto, pero lo revivieron y a los pocos días convirtió por el tercer puesto.
En junio del año pasado, el mundo entero se vio conmocionado por la situación que vivió Christian Eriksen, mediocampista del Manchester United, en medio del partido de Dinamarca ante Finlandia por la primera fecha de la Eurocopa. El talentoso volante recibió la pelota y, sin contacto alguno, se desplomó. Rápidamente, sus compañeros y los médicos se acercaron para hacerle RCP e intentar reanimarlo. Afortunadamente, lograron estabilizarlo con éxito, el partido pudo continuar horas más tarde por pedido de los futbolistas y hoy sigue jugando profesionalmente.
En 1954, un argentino protagonizó una situación aún más extraña en medio de un Mundial, que no deja de sorprender cada vez que se la escucha. Juan Eduardo Hohberg estuvo clínicamente muerto por unos minutos, pero lo revivieron. El partido siguió e increíblemente, unos días más tarde, volvió a jugar y anotó un gol. Una completa locura.
Hohberg nació el 8 de octubre de 1927 en la provincia de Córdoba, pero disputó el Mundial de Suiza 1954 para Uruguay, que venía de ser campeona en 1950 en el famoso y recordado Maracanazo ante Brasil. En este caso, el 30 de junio debieron medirse en las semifinales con el Equipo de Oro de Hungría, que tenía a figuras de renombre como el histórico futbolista Ferenc Puskás, entre otros, que logró un invicto de 32 partidos. Claro, los europeos eran ampliamente favoritos.
Los húngaros ganaban 2 a 0 y se encaminaban a la victoria, cuando apareció Hohberg, primero a los 75 y luego a los 86 minutos para establecer el empate. Luego de la euforia y los abrazos con sus compañeros en la celebración, el cordobés cayó al suelo inconsciente. Un compañero intentó hacerlo reaccionar, pero sin éxito. Carlos Abate, el kinesiólogo de aquel equipo ingresó al campo de juego y retiró el cuerpo del futbolista muerto a un costado del campo. Intentó reanimarlo hasta que le suministró Coramina oral, un medicamento estimulante de funciones vasomotoras y respiratorias.
Obviamente, todo era preocupación y desesperación. Hohberg estaba clínicamente muerto, pero revivió. No conforme con eso, vio que el duelo seguía en el tiempo extra y ¡pidió volver a la cancha ya que Uruguay se había quedado sin cambios! Pero lamentablemente, su ingreso no bastó. Kocsis convirtió por duplicado y clasificó a su equipo a la final, siendo la primera derrota de los uruguayos en la historia de los mundiales.
El 3 de julio siguiente, los charrúas jugaron por el tercer puesto ante Austria. Fue una nueva derrota, esta vez por 3-1. Ernst Stojaspal, Luis Cruz, en contra, y Ernst Ocwirk convirtieron para los austríacos. El gol de los sudamericanos fue de Hohberg, un argentino que dejó la vida por Uruguay. Literalmente.