Bologna, el mismo camino que Navarro…
El año pasado, Nicolás Navarro llegó bajo cierto hermetismo a Gimnasia y comenzó detrás de los pasos de Yair Bonnín, quien debió dejar su puesto en la tercera fecha tras el clásico.
A partir de ahí empezó a atajar el ahora arquero de San Lorenzo, que no tuvo un buen estreno y arranque: en el 1-1 con Huracán se “comió” un gol insólito, y luego fue responsable en el tanto de tiro libre de Víctor Ayala con Lanús (0-2) y más aún en la caída 2-3 con River como local.
Tras esos errores, y a base de buenas actuaciones, el Lobo consiguió una racha de 13 partidos sin caer y Navarro creció a tal punto de ser aplaudido por los hinchas y reconocido por el cuerpo técnico, que exigió su -fallida- continuidad.
Para reemplazarlo, la dirigencia actuó rápido y contrató, en silencio, a Enrique Bologna, quien llegó con los pergaminos de un arquero experimentado y de jerarquía. Sin embargo, Beto no tuvo el mejor inicio y solamente pudo tener la valla invicta ante Olimpo, partido en el que fue uno de los puntos altos.
De todos modos, su actuación está en deuda: recibió goles sin cubrir el primer palo (ante Aldosivi, Banfield y Sarmiento), de tiro libre y con responsabilidad (Patronato y Vélez), quedando estático (Estudiantes, Patronato y Vélez) y también fue culpable en otro, como el segundo de Banfield que salió apurado a cualquier lado.
Lo concreto es que Beto recibió 11 goles en 7 partidos de los denominados “oficiales” desde que llegó y está en deuda con el equipo. El sábado tiene una prueba de fuego para comenzar a levantar, justo cuando el Bosque reconocerá a Navarro, que estará en el banco. ¿Seguirá el mismo camino Bologna?
