Caravana histórica

Cuando el reloj marcó las cero horas de un histórico 12 de octubre para el pueblo Rojo, el cielo de la ciudad pareció encenderse de repente.

La caravana de la vigilia del centenario fue, como se esperaba, imponente. Cuando el reloj marcó las cero horas de un histórico 12 de octubre para el pueblo Rojo, el cielo de la ciudad pareció encenderse de repente. Frente a la sede social se desataba la euforia, el lugar donde hace 100 años un grupo de jóvenes se reunían alrededor de un aljibe del solar natal de un almacén de ramos generales de la familia Ronco y decidían formar un club sin saber de la dimensión que iba a alcanzar con el paso del tiempo.

La sirena de los Bomberos Voluntarios se hizo sentir en su esplendor, y explotó el griterío de la gente cantando. Las lágrimas de emoción y los abrazos fueron moneda corriente de la escena en una caravana que quedará en la historia de Defensores de Cambaceres.

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