La difícil profesión de ser jóckey

Cómo viven y qué sienten los que corren poco o no ganan seguido

Sin el ángel ni los triunfos de las grandes figuras de la fusta, una amplia franja de jinetes corre poco y trabaja mucho solamente para llevar a la casa el mango del día a día.

Por Galopón

Competitivo y exitista, en el turf los errores, limitaciones o descuidos de los jockeys no son olvidados, aunque no lleguen a generar rencor. Si bien hay carreras casi todos los días del año, las exigencias crecen al ritmo del parque caballar y el pan hay que ganárselo a fuerza de éxitos y una constancia inquebrantable para estar en la vidriera. Es un camino tan palpable para las grandes figuras como empinado para muchos de los más de 200 jinetes habilitados, la mayoría sin un sueldo.

Algunos pasan meses sin ganar, en una actividad donde la recompensa es únicamente el 10% del premio obtenido por el ejemplar que montan, lo que supone una ganancia de $15.000 promedio, según el nivel de las carreras básicas. Encima ahora, con el tema de la pandemia, se demora más el cobro de los premios. Hay muchos que viven del cobro de “montas pérdidas”.

“A veces, objetivos deportivos y aspiraciones de vida no van de la mano. Hay que aceptar la realidad”, dicen algunos que a cierta edad dejan de correr para entrenar caballos.

Gran parte de los jockeys arrastran porrazos que los alejan de las pistas, tornándose complicado el regreso. Se sufre desde lo emocional. Algunos quedan con miedo después de las caídas y así es muy difícil seguir: el turf es muy competitivo como para dar ventajas. Por eso, algunos enfilan para la cuida mientras todavía mantienen la patente de jockeys. Así, entrenan y corren al mismo tiempo.

La profesión de jockey no es fácil. Competir implica tener la mente al 100% en la carrera para asumir los riesgos, lanzándose a 60km/h parado sobre un par de estribos y sujetado por unos centímetros de riendas. Bajarse del caballo hasta que aclare es, en ciertos casos, síntoma de fortaleza y respeto, tanto a la vida propia como a la de los compañeros. Eso también es dar la talla y el peso.

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