Domínguez no le cerró las puertas a Leandro Díaz en Estudiantes
Sobre la base de las constantes lesiones que viene teniendo Guido Carrillo, el entrenador fijó como prioridad la contratación de un delantero.
En las primeras conversaciones que la Comisión Directiva y la gerencia del fútbol profesional de Estudiantes mantuvo con el entrenador Eduardo Domínguez para reforzar el plantel, no pasó desapercibido el nombre del delantero Leandro Díaz, actualmente en Lanús y de pasado en el Pincha.
Sobre la base de las constantes lesiones que viene teniendo Guido Carrillo, el entrenador fijó como prioridad la contratación de un número 9 y estableció como “prescindible” a Mauro Méndez, ya que considera que con Joaquín Correa, el juvenil Naya, Carrillo y otro refuerzo más el puesto está cubierto.
Además, se conversó sobre el futuro de Javier Altamirano, ya que el club se viene haciendo cargo del contrato del jugador en los últimos tres meses en el que no pudo tener actividad debido a un cuadro de salud que reviste un seguimiento. En tal sentido, no hay indicios certeros de cuándo Altamirano podrá volver a jugar y quedar habilitado para realizar deportes de contacto físico, por lo que para el Pincha la situación comenzó a generar preocupación institucional sobre la base de preservar los intereses económicos del club en el mediano y largo plazo.
Estudiantes no pretende rescindirle el contrato como en su momento hizo el Barcelona con Sergio Agüero casi de manera inmediata a que se conoció que no podría ser redituable dentro del campo de juego, pero tampoco hay una decisión tomada en cuanto hasta dónde seguir sosteniendo el contrato más allá de las fronteras del almanaque del 2024.
Por último, también se supo que Joaquín Correa tiene el visto bueno del entrenador para regresar al club, pero en ese caso Estudiantes buscaría desprenderse de Pablo Piatti, ya que considera que sería sumar otro contrato alto en dólares para dos jugadores que se desempeñan casi en la misma posición y que en ambos casos llegarán a fin de año habiendo superado los 30 años.