El clásico rioplatense se vivió desde temprano

Enviados especiales

En las afueras y en las tribunas del mítico estadio Centenario quedó demostrado por qué es el derby más viejo de todos

¡Hay que saltar, hay que saltar, el que no salta es de Uruguay!”, gritan valientes hinchas argentinos. Con cerveza en mano, su trofeo es la camiseta albiceleste a rayas. No son sigilosos, por el contrario, se exponen en la casa vecina. 

Del lado local hay de todo. Como esos tres personajes que, en un trabajito artesanal, con cartones armaron el contorno de la Copa América y le pusieron un número a cada una: 1916, 1987 y 2011. “Es que la ganamos quince veces y tres fueron allá, en su país”, vociferaba un charrúa.

Después, ya en el estadio Centenario, fue tiempo de dejarse llevar por las sensaciones y confirmar que por algo es el clásico más antiguo del mundo. El gran marco (no cabía ni un alfiler en el viejo estadio Centenario) reflejó por qué se trata de uno de los clásicos más grandes del fútbol. 

Los hinchas de la Argentina fueron a la tribuna América: alentaron todo el tiempo, ansiando que la pelota se le metiera al arquero Muslera, que curiosamente nació en la Argentina el mismo día de la consagración del equipo de Carlos Salvador Bilardo en México 1986.

Lío con las entradas

Un mamarracho organizativo fue visto ayer por Hoy, cuando en la previa del cotejo varios argentinos tuvieron un serio disgusto con la valiosa entrada. Habían comprado boletos para ir a la tribuna local, pero allí se encontraron con que los controles uruguayos les pidieron DNI. Al ser rebotados, se dirigieron al ingreso destinado al público visitante, donde les reclamaron otro valor (120 dólares). 

.

Noticias Relacionadas