El empate les sentó mejor a los técnicos que a los jugadores

Gimnasia y Estudiantes igualaron sin goles en la edición 159 de la era profesional. El Lobo mostró más actitud, pero el Pincha tuvo las situaciones más claras. Bernardi demoró el ingreso de Pavone y Sava se vio condicionado por una expulsión infantil de Alderete

Carnaval de fútbol en la ciudad. Calor, sol y mucho colorido para animar la fiesta deportiva más importante de la primera parte del año, a la que solo le faltaron los goles. 

Estudiantes y Gimnasia batallaron, se buscaron, nunca claudicaron, pero tampoco encontraron los caminos para abrir un marcador que terminó cerrado en cero.

Como en los 80, cuando el Lobo imponía en su estadio el mote de Basurero haciendo temblar los tablones todavía de madera, Gimnasia se llevó por delante a Estudiantes, que trastabilló a los minutos sin poder evitar un centro amenazante que Niell no llegó a conectar en el segundo palo. 

Con Dibble corriendo y trabando, Faravelli encimando a Braña y Oreja anulando a Sánchez, el equipo de Sava no tardó en imponer supremacía dentro de la cancha. 

Estudiantes, amparado en la autoridad de Schunke, Desábato y Campi, ofreció resistencia a la lluvia de centros que fueron llegando como carta de presentación al ingreso a una portería que Mariano Andújar se encargó de mantener cerrada bajo siete llaves.

Abal cortó el partido en varias ocasiones y, entre un corte de Schunke y la reacción de los plateístas contra el banco de los jugadores visitantes, el equipo de Bernardi logró tomar oxígeno para salir del agobio inicial. Allí fue cuando empezó a crecer el trabajo de Rodrigo Braña, en detrimento de Giménez, quien nunca entró en la sintonía que merecía el partido. 

Lucas Rodríguez comenzó a soltarse en campo de Gimnasia, pero de nada sirvió ante el buen trabajo de Alderete, que anuló al colombiano Otero. 

El partido, con el correr de los minutos, se tornó de ida y vuelta, pero con los dos equipos luchando más que jugando. 

Una media vuelta de Alderete, después de un córner sobre el final del primer tiempo, confirmó que el equipo local había hecho mejor las cosas que su rival, que apenas se pudo defender y en ocasiones provocar peligro a través de tiros libres o córners. 

El escenario cambió en el complemento, cuando Estudiantes desperdició la jugada más clara que tuvo en el partido, una vez que Lucas Rodríguez recibió una asistencia para entrar en diagonal al área y frente al arquero definir lejos del palo. 

Gimnasia fue sintiendo el desgaste que había realizado en el primer tiempo y, con el ingreso de Lugüercio, Estudiantes encontró más alternativas en el ataque. Sin embargo, al momento de tener que decidirse por dar un paso más adelante para buscar el resultado, Bernardi demoró el ingreso de Mariano Pavone hasta los últimos nueve minutos, y antes había decidido cambiar a Gómez por Zuqui. ¿Realmente lo quiso ganar o a esa altura estaba convencido de que el empate era un certificado de permanencia en el club?

Con la expulsión de Alderete, el equipo de Sava también se terminó resignando y evaluando que el empate era un buen negocio. 

Al final de cuentas, un punto para cada uno no le hizo mal a ninguno, aunque los dos equipos estuvieron en deuda con los goles y los hinchas se quedaron con las ganas de festejar.

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