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El mercado de pases del Pincha se cocina a fuego lento
El gran objetivo de este segundo semestre será competir por el título de la Liga Profesional y después defender el título de campeón de la Copa Argentina.
El libro de pases ya se abrió y, con Estudiantes de La Plata afuera de las copas internacionales, se espera que la Secretaría Técnica utilice el ingenio y el poder de convencimiento para poder reforzar el plantel profesional. El gran objetivo de este segundo semestre será competir por el título de la Liga Profesional y después defender el título de campeón de la Copa Argentina. Además, claro, el equipo tendrá la posibilidad de sumar una estrella más con el Trofeo de Campeones a fin de año en el estadio Madre de Ciudades de Santiago del Estero.
Para eso, la dirigencia tendrá que reemplazar a quienes se vayan del club y sumar apellidos para completar la plantilla. El único confirmado hasta el momento que deja la institución albirroja es Zaid Romero. El defensor central partirá después del partido del próximo jueves ante Sarmiento en Junín y se sumará al Brujas de Bélgica a cambio de 6 millones de euros. No obstante, cabe recordar que el Pincha tiene 60% del pase y el porcentaje restante le pertenece a Godoy Cruz de Mendoza.
Por otra parte, quien podrá salir en este mercado es Mauro Méndez. El delantero uruguayo de 25 años, que se convirtió en el goleador del ciclo de Eduardo Domínguez en Estudiantes, estaría decidido a dejar el club en el actual mercado de pases. De hecho, estaría en búsqueda de una transferencia y ya escucharía ofertas, con su representante trabajando activamente en posibles destinos.
Aunque Méndez se siente cómodo en el Pincha, la falta de minutos y continuidad lo han llevado a evaluar cambiar de aires. En la consideración de Domínguez está por detrás de Guido Carrillo, actualmente lesionado, y Javier Correa. Además, en el último partido contra Godoy Cruz, el DT prefirió a Ezequiel Naya para buscar el empate, dejando al atacante charrúa sin minutos en cancha.
En cuanto a los refuerzos, los apellidos están bajo siete llaves y se irán cocinando a fuego lento en el receso por la Copa América.