El Pincha y el Fortín, una historia de amor-odio

Vélez y Estudiantes se vuelven a ver las caras por Copa Libertadores. Aunque suene lejano, sus hinchadas y varios de sus futbolistas protagonizaron una de las amistades más duraderas del fútbol argentino. Cronología de una relación que comenzó en el Torneo Nacional 1980 y tuvo su quiebre en la temporada 2003.

El fútbol argentino actual tiene notables diferencias respecto a lo que sucedió en las décadas de 1980 y 1990. Los jugadores permanecían varias temporadas en un mismo club, el hincha iba temprano a la cancha para ver la Reserva y también acompañaba a su equipo en condición de visitante. Con el paso del tiempo, las cosas cambiaron. Además, existía una relación de camaradería entre hinchadas de distintas instituciones. Una de ellas fue la que entablaron Vélez y Estudiantes, una historia entre amor y odio.

Cuenta la leyenda que la relación nació en la segunda fecha del Nacional 1980. Aquella tarde en 1 y 57, Estudiantes ganó 4 a 2 pero el resultado es anecdótico para esta historia. En el entretiempo, la hinchada albirroja fue directo a buscar a los hinchas del Fortín (un ida y vuelta bastante violento que se daba también cuando los Pinchas iban a Liniers) y fue allí cuando Raúl “Pistola” Gámez, líder de la parcialidad visitante, pidió hablar con el jefe de la barrabrava de Estudiantes. Palabras más, palabras menos, pasaron de la pelea a los abrazos.

En la década de 1990, tiempos difíciles para el León, la fraternidad tuvo varios episodios que tomaban notoriedad por el presente de alguno de los dos equipos. Empezaron a intercambiar banderas y apoyarse mutuamente en las tribunas . De yapa, Vélez peleó dos campeonatos con Gimnasia y se quedó con ambos: 1996 y 1998. En ambas definiciones, hubo acompañamiento de los simpatizantes albirrojos.

Un 20 de abril de 2002 se dio otro acontecimiento a destacar en esta relación: el plantel del Fortín ingresó al campo de juego del Jorge Luis Hirschi con una bandera que jugó políticamente en favor de Estudiantes: “Sí al estadio Pincha”. Por aquellos años, el intendente Julio Alak no le dejaba remodelar la cancha al León. La historia reciente es conocida.

El momento del quiebre

La fuerte amistad que unió durante más de 20 años a las hinchadas de Vélez y Estudiantes llegó a su fin en junio del 2003. Difícil imaginarlo después de tantas temporadas en que celebraron juntos en la misma tribuna triunfos importantes y hasta títulos de uno y otro (la seguidilla de Vélez y el regreso de Estudiantes a Primera).

Aquella tarde, el Fortín necesitaba ganar para ser campeón y el Pincha ya mostraba otra cara con la llegada de Carlos Bilardo. A medida que pasaban los minutos, el conjunto del Narigón avanzaba en el campo y José Sosa convertía el gol para que la confraternidad se vaya apagando lentamente. Empezaron los murmullos en la tribuna y en la platea, los hinchas locales empezaron a insultar a Bilardo, quien 45 minutos antes había sido recibido con aplausos.

Poco tardaron en escucharse los insultos cruzados. “A estos p... les tenemos que ganar” y “Vos sos de la B”, cantaban los Fortineros. “Me parece que Vélez no sale campeón porque el Pincha lo cagó”, respondían los ­Pincharratas.

Una de las amistades más duraderas del fútbol argentino se cortó. Repitiendo así lo ocurrido el año anterior entre las hinchadas de San Lorenzo y Rosario Central, dos ­íntimas que también pusieron fin a una larga amistad.

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