POR DANIEL "PROFE" CÓRDOBA

En La Plata nació el romance…

Corría el año 1996 y el “Profesor” Daniel Córdoba se jugó en la decisión de traer a un por entonces desconocido Lionel Scaloni a jugar a Estudiantes. Lo puso de titular, le dio continuidad y lo convocaron a la Selección. De allí en adelante, el Tiburón no se separó más de la celeste y blanca y hoy cierra el año invicto en el camino a Qatar 2022.

En 1996, mientras los desinformados o mal intencionados decían que había cambiado a Claudio “El Rulo” Paris (recibió una muy buena propuesta de Newell's) mano a mano por el “Gringuito” Priotti (aún hoy lo creen o quieren hacer creer), en silencio llegaba un tal Lionel Scaloni (17 años) con su hermano Mauro a Estudiantes de La Plata.

Delantero tumultuoso, potente e in­cansable, además de tener mucha personalidad. Como siempre pensé y continúo pensando, le obsequié la posibilidad al ver sus condiciones de jugar como carrilero derecho.

En esa posición, por mérito propio más la orientación que le dio aquel cuerpo técnico que comandaba, comenzó a brillar.
Rápidamente provocó la aceptación de la gente Pincha como así también algunas rispideces con compañeros que, por venir juntos desde inferiores y ya tener años en el club, les “inquietaba” su carácter y su brillo.

Lo demás es conocido: citaciones a Selecciones juveniles campeonas mundiales; jugador de José Néstor Pékerman en ellas y en la Selección mayor, y una rápida venta al fútbol de España por una cifra millonaria en dólares, que le vino muy bien a los problemas económicos del club, por ese entonces graves, heredados de los “excesos” cometidos por el cuerpo técnico anterior que ascendió del Nacional B.

Tengo un trato con él sólo vía redes sociales. Nunca fui al predio de la Selección nacional a verlo, pero jamás dudé de su éxito como entrenador de la Selección mayor del fútbol argentino (lo dije y lo escribí públicamente en los medios ni bien asumió). Sus alegrías serán las mías. Pocos me han sido tan leales en el fútbol. Él, su hermano y su padre, sí. Por ello, al terminar esta etapa inicial de Eliminatorias hacia el mundial de Qatar y observar cómo ha conducido la tarea encomendada, no puedo dejar de felicitarlo públicamente.

Ojalá siga así. Se lo merece como persona y como profesional.

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