Es un campeón con altura

La Selección derrumbó el mito y se elevó a lo más alto de la tabla de las Eliminatorias al vencer 3 a 0 a Bolivia en La Paz. Se dio el lujo de no usar a Messi y reguló el partido con la jerarquía de los otros campeones del mundo.

Con Messi o sin Messi. Con altura o en el llano. Ya no hay mitos que le queden por romper a esta Selección campeona del mundo que ayer dio otra demostración de jerarquía y per­sonalidad al vencer 3 a 0 a Bolivia por la segunda fecha de las Eliminatorias Sudamericanas para el Mundial de Estados Unidos, México y Canadá.

El equipo se apoyó en los goles de Enzo Fernández, Tagliafico y Nicolás González para encaminar una victoria en un escenario siempre complicado por estar a más de 3.500 metros de altura sobre el nivel del mar.

De esta manera, por un lado regulando y hasta dándose el lujo de cuidar a su estrella, el equipo de Scaloni demostró que funciona en bloque y de manera colectiva y que sus jugadores pueden sobrepasar el poderío de Francia en una final del mundo o las inclemencias de la altura y la naturaleza cuando las circunstancias lo requieran.

A Lionel Messi decidieron no exponerlo, pero como es el mejor actor protagónico de una película llamada Scaloneta fue a la presentación para no fallarle al público. La sola presencia en el banco y algún tímido y disimulado saludo a los bolivianos que acudieron a verlo alcanzó para pagar una parte de la entrada al partido.

Dentro de la cancha, Ángel Di María tomó el protagonismo del Diez y por momentos se tiró más hacia el centro de la cancha y no jugó tanto por los costados. Esto permitió que Nicolás González y Alexis Mac Allister tuviesen espacios para proyectarse y que Enzo Fernández se pueda animar a probar al arco como ocurrió en el gol.

El Cuti Romero se comprometió como lo había hecho el jueves pasado ante Ecuador y su actitud despertó la ira de Roberto Fernández, quien se fue expulsado luego de una dura entrada contra el defensor.

El equipo nacional cerró el ­primer tiempo controlando las acciones gracias al sacrificio y el despliegue de De Paul, quien corrió como lo había hecho en la final de la Copa América contra Brasil en el estadio Maracaná.

En el segundo tiempo apareció “la altura” del campeón del mundo, que lejos de agotarse, reguló las acciones, fue tiempista para jugar con la necesidad y la impotencia del equipo boliviano y terminó cerran­do el encuentro con una definición de Nicolás González.

Antes, además, había generado más situaciones para hacer más abultado el resultado, que de todas maneras le aportó tres valiosos puntos para completar el primer tirón de las Eliminatorias de cara a otro Mundial, en el que Argentina está destinada a ser protagonista. Ayer, por lo menos, demostró que no depende tanto de Messi y que cuando el mejor de todos no está, atrás hay un equipo consagrado que está a la “altura” de un campeón...

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