Estudiantes perdió el centro del campo y regaló la contra cada vez que salía

Por Daniel “Profe” Córdoba

El Gigante de Arroyito estaba tan lleno como en aquel año 1996, cuando el Loco Martín (Palermo) la embocaba de cualquier lado. Siempre está lleno ese estadio…

Por la despedida de su goleador histórico, Marco Ruben, los Canallas sintieron la obligación de hacer algo especial.

Estudiantes, además, puso un equipo alternativo. Así y todo, el Pincha intentó jugar de igual a igual. Sin embargo, nunca supo ni pudo sostenerle el ritmo.

Si bien Estudiantes tuvo dos posibilidades con pelota parada, como siempre, y una corrida de Marinelli, lo mejor que exhibió fue la desfachatez de Toledo.

Central tampoco mostró mucho, aunque su número 11 Ferreyra se encargó de destacarse.

Se vieron errores tácticos en Estudiantes, típicos de un equipo que no se conoce y que no está tan trabajado como los titulares. Cada vez que salía regalaba una contra. Así llegó una pared por derecha para que Veliz mande a la red la asistencia, decretando el 2 a 0, luego de que los locales ya habían logrado abrir el marcador a orillas del Paraná.

¿Era justo? Sí. ¿Qué había hecho Estudiantes hasta ese momento? Sus wines no ayudaron a sus laterales. Perdió en el centro del campo con Benítez (otro pibe de Central) y solo remató tres veces.

Además, salió de su 4-4-2 y presentó un 4-2-3-1. Tozudo su DT, los de 1 no deben dejar nunca el 4-4-2 o el 4-4-1-1.

En el segundo tiempo fue casi todo de Central: un desborde por izquierda y gol del dueño de la noche: 105 redes para Marco Ruben.

La impotencia se apoderó de algunos jugadores de Estudiantes, como el caso de Zapiola, quien se fue puteando a los cuatro vientos.

Ni siquiera el descuento le alcanzó para soñar al desconocido equipo de Zielinski, que a diferencia de lo que había pasado en Santa Fe, esta vez no se pudo llevar nada más allá de una moraleja en su excursión a Rosario: no por mucha juventud se reacciona en todos lados…