Estudiantes tiene el alma quebrada
El Pincha perdió 5 a 0 ante el Millonario y quedó humillado en el Monumental. Ahora deberá barajar, cambiar el mazo y dar de nuevo
Por Daniel “Profe” Córdoba
Monumental lleno para una fiesta Millonaria. En un duelo trascendental por la pelea en la tabla anual y las aspiraciones de uno y otro por ingresar a la Copa Libertadores del 2023, River goleó 5 a 0 a Estudiantes y lo dejó con el alma quebrada y la soga en el cuello.
El elenco de Marcelo Gallardo, con un 4-3-1-2 aparente y con movilidad en De la Cruz y Quintero. Además de un Borja bien de punta. Estudiantes con un 4-1-2-3, con dos internos para tener pelota, lanzar y jugar. Si mirábamos bien, podíamos ver, a la hora de defender, un 4-1-4-1 con Boselli como el más adelantado. Se intentó dejarle la bola a los centrales locales y así tapar a sus 4 mediocampistas.
Hasta el desgraciado yerro del primer gol (la defensa por derecha quedó muy mal parada ante una perdida de balón) de River y de Miguel Borja, a los de la banda roja se les complicó. Su entrenador estaba furioso. Estudiantes lo controlaba y buscaba la contra. Ahora al producirse en muy poco tiempo el segundo gol de River y Borja, el Pincha lo sintió mentalmente. Su medio no existió y su defensa, sin mando, muy mal como en anteriores partidos. Fortalecer el quite en medio y cerrarse en defensa sin salir sin orden pudo haber ayudado.
En el segundo tiempo River empezó a levantar la pierna del acelerador, se cansó, o tal vez se aburrió. Tuvo un par de situaciones y erró. Estudiantes cuando se armó con 2 centrocampistas y 2 puntas impidió y complicó el juego de los de Núñez. Sin embargo, otra vez la defensa en línea y muy lejos de área de los de 55 y 1 y el tercero de River vía Solari. Luego llegó el golazo de Barco. Cuatro a cero. Y, por si esto fuera poco, otro regalo del equipo de Pablo Quatrocchi y el quinto, esta vez de Matías Suarez. Cinco a cero y humillación. Estudiantes tiene el alma quebrada. Penan sus jugadores por el campo. Solución: marcar en el medio y atrás. Marcar. A un River plagado de figuras en serio le hicieron 4 en el 1997, pero primero marcaron y luego lo golearon. Estudiantes siempre fue en su historia: primero estrategia defensiva y luego ganar.