Guayaquil, Estudiantes y la historia del cura de los milagros…

El Pincha viajará a esa ciudad en las próximas horas para enfrentar al Barcelona de Ecuador por los 16avos de final de la Copa Sudamericana. El exarquero Gabriel “Bambi” Flores recordó los partidos de la Copa Libertadores de 1971 contra el mismo rival y lo que tuvo que vencer el conjunto albirrojo para pasar la llave.

Todo partido de Copa internacional tiene algo especial. Desde las batallas campales de los 60, tan condenadas como sancionadas en la actualidad si llegasen a repetirse, hasta los eternos viajes de los hinchas, que muchas veces terminan en odisea como lo que ocurrió con los de River en Brasil hace poco tiempo o los chilenos del Colo Colo que vinieron a la Bombonera para enfrentar a Boca.

Estudiantes, en efecto, no le escapa a esta realidad: entre tantas anécdotas en su rica historia copera, el equipo tuvo una experiencia muy particular en la Libertadores de 1971, cuando le tocó enfrentar al mismo rival que ahora va a tener que superar por la Sudamericana en Ecuador.

Corría aquel año en el cual el equipo terminaría en el segundo lugar del certamen continental detrás de Nacional de Montevideo, cuando el equipo de La Plata tuvo que enfrentar al Barcelona en una instancia previa a disputar la final.

Para aquel entonces, ya no estaban los míticos gladiadores que habían ganado el tricampeonato de América y la Copa del Mundo de 1968, como Poletti, Manera o el mismísimo Bilardo, que luego se convertiría en técnico.

Estudiantes, por llegar a esa Copa de 1971 como el campeón en 1970, se clasificó directamente a la segunda fase del torneo, que en ese momento estaba dividido en dos grupos de tres equipos cada uno. El Pincha estaba en la Zona B junto al Barcelona de Guayaquil que había ganado el Grupo 5 de esa Copa (jugó contra Emelec, Deportivo Cali y Junior de Barranquilla) y disputó la segunda instancia junto al Pincha y a Unión Española para definir a uno de los finalistas.

Si bien Estudiantes ganó ese Grupo B de la segunda fase de la Copa, el 29 de abril de 1971 el Pincha perdió 1 a 0 en La Plata contra el Barcelona, que contó con un gol del cura párroco Juan Manuel Basurko.

Se trataba de una situación especial, que en la actualidad, con todo lo que se ha profesionalizado el fútbol, sería difícil de concebir.

Basurko daba misa los domingos y jugaba con el Barcelona como un delantero más por la tarde. En la semana entrenaba y dicen que oraba y hacía milagros para que a su equipo le vaya bien.

Tanto fue así que para seguir con vida en la segunda fase de la Libertadores, la leyenda indica que hizo un milagro aquel 29 de abril de 1971 para que su equipo le gane al campeón de América (Estudiantes) en La Plata.

Gabriel “Bambi” Flores, el arquero del equipo que ya por aquel entonces dirigía Miguel Ignomiriello, recordó aquel episodio, en el palco de la Red 92 y el diario Hoy en el estadio de 1, ya que le tocó atajar en La Plata cuando al León le ganó el equipo ecuatoriano como local.

“En el partido de ida ganamos 1 a 0 y en la vuelta en La Plata perdimos por el mismo resultado. El padre Basurko me hizo el gol en La Plata y quedó en la historia del club por ese gol”, recordó Flores.

Con el paso de los años, en el estadio del Barcelona, en la ciudad de Guayaquil, a Basurko le hicieron un mural recordando aquel partido contra Estudiantes, el gol y la estirada del Bambi Flores en aquel partido.

“Quedé inmortalizado en un mural en la institución de Ecuador por haber recibido el famoso gol de los milagros que hizo el sacerdote”, recordó el exarquero del Pincha.

Mañana, cuando Estudiantes salte al campo de juego, muchos de los jugadores del actual plantel, incluyendo el arquero Mariano Andújar, van a esperar que el espíritu de Basurko no aparezca en el partido entre el Pincha y Barcelona por los 16avos de final de la Copa Sudamericana.

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