Hicieron una ciudad paralela debajo de la tierra para impulsar el metro más moderno y ostentoso del mundo

Hay hasta cinco pisos subterráneos por donde transitan las vías de los 75 trenes que se inauguraron en noviembre de 2019, hace tres años, pensando en la conectividad que tenía que tener la ciudad para el Mundial.

Cobertura Especial Doha – Catar

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Hablar de FIFA es hablar del primer mundo. No existe el típico “se cortó el servicio por falta de mantenimiento” o algo parecido.

No hay manera, forma o posibilidad alguna de que un país pretenda organizar un evento supervisado por esta federación si no tiene una conectividad óptima para los fanáticos. Ocurrió en Brasil 2014 y naturalmente también en Rusia 2018. Todas las ciudades que son sedes deben ajustarse a las normas que establece la FIFA para poder ser aprobadas y recibir partidos de un Mundial. Doha fue una de ellas.

Los cataríes desmontaron un majestuoso proyecto para establecer el metro (subterráneo en Argentina) y que por estas horas se ha convertido en uno de los principales atractivos de los turistas que fueron llegando a Catar para ver el Mundial. Brilla por todos lados: desde los pisos que se lustran a cada rato, hasta las paredes espejadas que separan a las personas de los trenes, y que permiten un contacto solo cuando los mismos llegaron y frenaron en cada una de las estaciones.

En su interior, la Gold Line (línea dorada) le hace honor a su nombre y tiene asientos alfombrados como los de la primera clase de una aerolínea. En todos funciona el aire acondicionado y no se permite ni siquiera que una persona pueda pensar en tirar un papel al suelo. Todo es limpio, puro y brillante. ­Reluciente como las luces de los edificios de la ciudad.

El metro de Doha se proyectó en 2013, pero se terminó en noviembre del 2019. Es majestuoso, imponente y casi interminable para recorrerlo.

Además de ser el más moderno del mundo, las máquinas están monitoreadas por un sistema que no necesita de capital humano para conducir: no hay maquinistas o choferes. Todo está programado y funciona. Su extensión es de 76 kilómetros y conecta todos los estadios.

La simultánea “ciudad subterránea” también tiene a todas las paradas con similares características urbanísticas, pensado en la cultura islámica y diseños abovedados. Por esa razón, resulta sencillo familiarizarse con las estructuras para aquel que nunca visitó esta ciudad.

En total cuenta con 37 estaciones entre las tres líneas que componen este moderno sistema de trasporte: la línea verde, roja y dorada.

El metro es administrado y mantenido por la RKH Qitarat, una empresa conjunta formada por Hamad Group (51%) y los operadores de tránsito franceses Keolis y RATP Dev (49%),

El metro de Doha forma parte del plan de conexión ferroviaria a nivel urbano y en un futuro será conectado con el proyecto del tren de larga distancia de Catar.

La red cuenta con una cuarta línea proyectada cuya finalización se estima en 2026.

La empresa Mitsubishi Heavy Industries suministró la vía y la infraestructura de alimentación eléctrica. La empresa también suministró las puertas de las plataformas y el sistema de ventilación del túnel. Además, fue responsable de la gestión general del proyecto y la integración del sistema.

Al no tener maquinista, en los últimos vagones del tren hay asientos especialmente ubicados para que dos selectos pasajeros puedan disfrutar del paseo como si estuvieran en una especie de tren de un parque de diversiones que pasa por debajo de la tierra, a más de 300 metros subterráneos por donde pasan los autos y las personas, pero que es capaz de llevar de una punta a la otra de la ciudad a cientos de individuos en menos de 20 minutos.

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