por galopón

La actividad hípica cierra el año con un presente lleno de dudas

El domingo cerró su actividad 2024 el hipódromo de La Plata con claroscuros, más oscuros que claros, con más interrogantes y dudas que certezas para el año que se viene. El año comienza el jueves mismo con la primera reunión del 2025. Lo más negro de todo fue la nefasta tarde del 24 de septiembre con un saldo de heridos de bala y armas blancas, a causa de un conflicto con los jockeys.

POR GALOPÓN

Cualquier análisis que iniciemos del Hipódromo de La Plata, antes que nada, no podemos soslayar que se trata de un recinto hípico que maneja el Estado provincial en medio de las eternas acusaciones sobre la “utilización” política de los puestos principales y de los empleos. ¿Qué quiere decir eso? Simple, que hace muchos, muchísimos, años que la administración del mismo es un puesto político, al que llegan por “favores” ya sea, por ejemplo, a Martín Insaurralde, tan solo por nombrar a uno de ellos que tuvo incumbencia últimamente en el turf platense y tras lo cual, el Gobernador de turno le entregó el manejo del hipódromo al actual intendente de la ciudad, Julio Alak. Incluso su influencia alcanzó a Lotería, con el nombramiento del dirigente platense Gonzalo Atanasof –tercera generación de familia peronista- al frente de dicha estratégica Dirección Provincial.

Volviendo al hipódromo, su actual administrador Mariano Cowen es del riñón “secundario” de Julio Alak, que cuando llegó a dicho cargo era solamente conocido en los ámbitos de la ciudad –pero no en la actividad hípica- por su participación en el club Gimnasia y Esgrima, candidato en reiteradas oportunidades al cargo de presidente de dicha institución, hasta que por fin lo logró.

De tal forma que se compró dos responsabilidades para distribuir su tiempo, con la problemática que al hipódromo vino a aprender de una actividad como la del turf que le era completamente ajena. En un lugar donde lejos está de ser un lecho de rosas, con cíclicas crisis profundas y medidas de fuerza que siempre fueron por las mismas causas: demora en los pagos, el estado de la pista y la situación calamitosa de las instalaciones, entre otros puntos. Recordemos que el Teatro del Turf está bajo potestad de la Lotería Bonaerense, que es la que maneja todos sus recursos y gran parte de los que le corresponden por ley a otros escenarios de esa provincia, entre ellos, San Isidro, dinero que surge de las ganancias de los bingos y es transferido con meses de demora. El Jockey Club Argentino resiste ante protestas de menor firmeza, aunque también vio afectadas sus carreras este año, y en Azul, Tandil y Dolores prácticamente se corre sólo cuando llega la transferencia de fondos.

La gota que colmó el vaso fue la que se produjo la tarde del 24 de septiembre, la página más negra que vivió el hipódromo platense en sus más de cien años, con tiros y armas blancas que dejaron el saldo de tres heridos. Pintaba mal la mano, pero se “venía” la fiesta del 19 de noviembre. Como pudo se acomodaron las cosas y –como siempre- “aquí no pasó nada” con un triste fallo de la Comisión de Carreras, lavándose las manos.

Se le dio al hipódromo una lavada de cara y se hizo la reunión cumbre del turf platense con la presencia del gobernador Axel Kicillof acompañado de una tribuna del paddock cubierta con gente traída del conurbano.

Pasó la fiesta y todo volvió a la normalidad, se suspendieron los trabajos en las pistas auxiliares, la pista principal es lo más parecido a una cancha de un hipódromo chico por la arena que vuela, las piletas del Caracol no funcionan. En fin, todo en La Plata está atado con alambre. Los que amamos el turf siempre esperamos que lo bueno está por venir.

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