Novarini y la vieja estirpe albiazul

En diálogo con este medio, el técnico que estuvo de moda en el fútbol liguista de la región reveló las mejores anécdotas de su vida deportiva

Javier Novarini llegó al mundo en una cuna albiazul en un pedazo de La Loma, donde escuchó los tambores de la hinchada del Lobo. Quiso llegar a Primera y lo logró, aunque fue partícipe de las malas, en la vieja Primera B. “Un gran jugador fue mi papá, que también estuvo en Gimnasia y después pasó a Boca, en 1963, un equipo que tenía grandes figuras como Roma y Sanfilippo, pero no pudieron ser campeones”, dijo Javier, que tiene la sangre y los huesos del color del club.

En los últimos años fue responsable táctico de CRIBA, que logró imponerse en la Liga Amateur, realizando en 2017 una campaña récord en el Federal B. “Dejé, ya conseguimos todas las metas, uno debe saber retirarse. Espero que salgan ofertas porque me gusta ser entrenador”, manifestó con la mirada en el horizonte de la pileta olímpica del Campo de Deportes de la UNLP.

Tan serio como cómico, reveló: “Cuando fui jugador de Platense, en una época en la que el Calamar estaba todavía en la A, recibimos a Gimnasia. Íbamos 3 a 3 y, en el banco, el DT Carlos Babington no me ponía. Yo quería entrar y estaba caliente ya, miraba a la hinchada del Lobo, donde tenía a varios amigos; de pronto, el Colo Bastía sacó un bombazo y se metió para ganarnos 4 a 3. Salté del banco y grité: ¡Goool! Que hijo de pu... Tuve que dibujarla, porque ya se habían dado cuenta mis compañeros (risas)”.

Novarini, padre de cuatro hijos, recuerda su época dorada en Belgrano. Luego de un efímero paso por España, volvió al país recibido por el Racing cordobés, donde rindió para un diez en un clásico con Belgrano, que se lo arrancó por su temple en el mediocampo. 

“Jugué al lado de Jota Jota López, José Luis Villarreal y Germán Martelotto. Formé parte de un grupo que ganó el primer título para la provincia en AFA, aunque haya sido el Regional, llegando también a la Liguilla Pre-Libertadores contra el Newell’s de Solari, que nos cortó el invicto de 41 partidos recién en la revancha. Ese año, 1986, Belgrano jugaba por primera vez el Nacional B”, contó Novarini, mientras divisaba a lo lejos cómo su hija participaba de una clase de acquagym. Para la anécdota: aquel plantel tenía de preparador físico a Andrés Fassi, actual presidente de Talleres de Córdoba.

“Agarré un avión a Barcelona y le pedí una prueba a Menotti”

Con cara angelical, luego de que sus sueños de ser ovacionado en 60 y 118 se escurrieran como arena entre los dedos, Novarini le pidió a su padre que por favor lo comunique con el propio César Menotti. “Es que ellos jugaron en Huracán. En 1982, el Flaco estaba dirigiendo Barcelona, y yo pensé en caerle. No solo lo pensé, sino que fui”, afirmó Javo. 

La aventura despertó en él un momento de placer. “Casi sin dinero, del aeropuerto llegué a un restaurante donde me dieron además alojamiento, y luego me quedé a la espera de la oportunidad de llegar al Camp Nou, poder entrar y hablarle a Menotti. Cuando le dije mi apellido, enseguida se movió para que pueda tener una oportunidad, llegando así al Levante, donde jugué cuatro partidos”, sentenció.

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