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Se vienen curvas: Domínguez tambalea y Verón ya prepara el volantazo
El técnico atraviesa su momento más delicado desde que asumió en Estudiantes. Sin resultados ni respaldo pleno, la figura de Verón apareció para marcar la cancha: no lo condenó, pero tampoco lo salvó.
Eduardo Domínguez parece caminar por la cornisa en Estudiantes de La Plata. El equipo no encuentra respuestas, los resultados no acompañan, y la sensación general en el ambiente es de ciclo cumplido. En ese contexto, la palabra de Juan Sebastián Verón irrumpió como un mensaje entre líneas. No fue una sentencia de despido, pero sí un aviso de que, si el panorama no cambia pronto, el club tendrá que tomar una decisión.
El “Barba” es el segundo técnico más ganador de la historia del club y el respeto que se ganó por su trabajo lo sostiene en el cargo. Pero el fútbol es presente y el presente de Estudiantes es preocupante. Los rendimientos individuales caen, el juego colectivo no aparece y la Copa Libertadores se asoma como un desafío demasiado grande para un equipo sin confianza.
Verón, con la muñeca política que lo caracteriza, habló sin levantar la voz, pero con firmeza. Dijo que esto es fútbol, que los ciclos se desgastan y que nadie está exento de ser cuestionado. Fue un tiro por elevación a todos, aunque apuntó más que nada a Domínguez. Lo invitó a reflexionar, a replantearse si todavía puede llegarle al grupo. Y aunque evitó la palabra “renuncia” o “despido”, dejó claro que si la situación no se revierte, habrá que actuar.
“Hay que saber hasta dónde. Puedo, no puedo, tengo llegada, tengo respuesta... Si esto sigue así, se va a tener que dar la salida”, dijo la “Bruja”, dejando abierta la puerta pero con una advertencia entre líneas. El club no lo va a echar hoy, pero tampoco va a tolerar mucho más esta deriva futbolística.
En paralelo, el propio Domínguez no descarta dar un paso al costado. Incluso ganándole a Huracán, el DT estaría evaluando su continuidad, no por falta de compromiso, sino por entender que el ciclo podría estar agotado. Según pudo averiguar diario Hoy, el técnico comenzó a preguntarse en estas horas si todavía tiene ascendencia en el grupo y si vale la pena seguir forzando un proceso que da señales de fatiga.
Lo cierto es que la situación es límite. El respaldo dirigencial ya no es total, el plantel perdió respuestas y el hincha, aunque dividido, ya empieza a mostrar signos de impaciencia. La sensación en el club es de puertas abiertas: si Domínguez se queda, deberá mostrar una reacción inmediata; si se va, será una salida sin traumas, incluso con reconocimiento por lo hecho. Pero lo que no se puede estirar más es esta incertidumbre, porque el margen se achica y la Libertadores no espera.
En este contexto, Verón dejó entrever lo que muchos ya piensan: que la decisión, en el fondo, ya no pasa solo por los resultados, sino por un desgaste que, aunque no se diga públicamente, ya está marcando el final del ciclo. Y a veces, como dijo el propio presidente, no hace falta decir “andate” para entender que es hora de cerrar una etapa.
