Tenis: reprogramación del Abierto de Australia

La llegada al país de los tenistas profesionales, provenientes de distintos puntos del mundo, encendió las alarmas para los dirigentes de Victoria.

Luego de varios meses de especulaciones, de dudas y de incertidumbre, finalmente se confirmó la reprogramación para el Abierto de Australia. El torneo comenzará el 8 de febrero y finalizará el 22 del mismo en la ciudad de Melbourne, con la condición de cumplir con un estricto protocolo sanitario para evitar el rebrote de coronavirus en el país oceánico.

Originalmente, el Grand Slam estuvo programado para llevarse a cabo durante el mes de enero, precisamente entre los días 18 y 31, pero ante la inminente segunda ola de contagios y con la pandemia sin dar respiro, comenzó a evaluarse la cancelación del mismo.

El estado australiano de Victoria, quien será el anfitrión de la competencia, ha tenido a lo largo del año un gran manejo de la situación epidemiológica, logrando no registrar casos de coronavirus en más de un mes. Esto responde a una política de bloqueo estricto, que se verá afectado con el inicio del campeonato.

La llegada al país de los tenistas profesionales, provenientes de distintos puntos del mundo, encendió las alarmas para los dirigentes de Victoria, que lo tomaron como un riesgo al que hay que apuntar. Es por eso que el torneo se reprogramó con un retraso de dos semanas, lo que permitirá poder llevar a cabo un estricto protocolo para un Grand Slam más seguro.

Una vez que lleguen a Australia, los participantes deberán realizar entonces una cuarentena de dos semanas a partir del 15 de enero, en donde tendrán la condición especial de someterse a cinco testeos durante su aislamiento. Serán: el primer día que lleguen al país, a las 48 horas, a los siete días, a los 10 y finalmente, a los 14.

Se dio a conocer también, que una vez que los jugadores finalicen la cuarentena con resultados favorables, podrán ir o quedarse donde ellos quieran sin restricciones ni seguimientos en sus movimientos.

La reestructuración del calendario trajo problemas de cara al armado de las distintas competencias pensadas a desarrollarse en Sudamérica. La incertidumbre pasó a manos de los organizadores de los torneos de las giras sudamericanas sobre polvo de ladrillo, que tenían sus fechas programadas para las primeras semanas del mes de febrero, como es el caso del ATP 250 de Córdoba o de la edición número 21 del ATP 250 de Buenos Aires. Ambos torneos estaban dispuestos a llevarse a cabo pese a las condiciones del país, donde los eventos se realizarían sin presencia del público. Los jugadores de todo el mundo necesitan de estas definiciones para planificar su año competitivo.

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