Un viaje de La Plata a Oceanía corriendo detrás de la pelota…

La historia de Nicolás Vanina, un joven de nuestra ciudad que viajó al exterior en busca de nuevas experiencias y en la actualidad sueña con ascender al Waiheke United AFC, el equipo neozelandés repleto de argentinos.

¿Cómo será la experiencia de navegar fin de semana de por medio en barco para ir a practicar el deporte más popular del mundo?

En la isla de Waiheke, en cualquier lugar en el que una persona se sitúe, podrá elevar su vista y observar el mar. Todo en un marco fascinante, en el medio de viñedos y montañas, a 40 kilómetros de Auckland.

Hasta este maravilloso lugar llegó Nicolás Vanina, un platense en busca de cumplir algunos sueños: armar la mochila, disfrutar nuevas experiencias, trabajar, aprender idiomas, compartir otra cultura. Y claro, siempre con una pelota en la cabeza. En diálogo con El Clásico, el número 10 del Waiheke United AFC cuenta a la distancia su día a día en una experiencia que cada vez mas jóvenes quieren vivir.

“Llegué a Nueva Zelanda en diciembre de 2018, fue un impulso porque sentía que tenía energías y quería vivir algo diferente. Con el correr de las semanas, me hice varios amigos latinos que me invitaron a jugar al fútbol. Y me llevaron a una prueba en el club, justo cuando se estaban cumpliendo los tres meses para volver a la Argentina. El técnico me vio, le gustó mi juego y me ayudaron con los papeles para poder quedarme”, co­menta Vanina a minutos de haber finalizado un nuevo entrenamiento.

En Nueva Zelanda las temporadas de fútbol son de seis meses, divididas entre invierno y verano. De parte del club no obtienen salarios, con lo cual deben protegerse de posibles lesiones porque los empleos semanales son ¨muy físicos y hay que cuidarlos”, agrega el oriundo de nuestra ciudad. De hecho, para registrarse en el Waiheke, cada jugador debe abonar 250 dólares neozelandeses. Las ocho o nueve horas de trabajo diario son capitalizadas por varios de los protagonistas como un “doble turno de entrenamiento” .

El platense, que realizó sus estudios en el Colegio José Manuel Estrada y en la Facultad de Periodismo (UNLP), destaca la calidad humana y el orden de la sociedad que lo rodea: “Me encontré con una comunidad increíble, es un excelente lugar para iniciar una aventura, están todos en la misma y nos ayudamos mutuamente. Nueva Zelanda es un país súper concientizado, la isla es hermosa y gracias a que me salió la Working Holiday, puedo permanecer con un trabajo en blanco y teniendo todo en regla”.

En un país que respira rugby en cada uno de sus rincones, a los lugareños les resulta llamativo ver a un grupo bullicioso que se hace notar con sus cantos, bombos y bandera. Se hacen llamar “La banda del Pipazo”. De local, de visitante, en el barco: siempre presentes con el color rojo de su camiseta. La actualidad de Waiheke despertó el interés de los principales medios de comunicación de Nueva Zelanda, que en las últimas semanas se trasladaron a la isla para conocer más del equipo.

“Estoy con ganas de quedarme una temporada más, el año pasado fue muy bueno pero el torneo quedó a la mitad por culpa de la Covid-19. Quiero lograr el ascenso a Primera y devolverle al club un poco de todo lo que me dio. Después me gustaría seguir viajando. Muchos amigos y conocidos de La Plata me preguntan sobre la experiencia, siempre les digo que se animen y la hagan, que no se tiren atrás por pensar demasiado o por miedo a que salga mal”, concluye Nico en diálogo con El Clásico .

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