A 25 años del caso Lewinsky

Se cumple un cuarto de siglo del escándalo que protagonizó Bill Clinton, el ahora expresidente de Estados Unidos, y que cambió para siempre la vida de Mónica.

Corría enero de 1998 y el caso explotaba en las portadas de las revistas, diarios y noticieros de todo el mundo.

¿Qué había ocurrido? Por ese entonces, Mónica Lewinsky era una pasante (o becaria no remunerada) en la Casa Blanca y durante algunos años mantuvo relaciones con el ahora expresidente Bill Clinton.

El escándalo estalló cuando se dieron a conocer una serie de grabaciones que revelaron detalles de lo sucedido. El presidente tenía 49 años y Mónica, 22. Supuestamente, la esposa de Clinton, Hillary, no sabía nada hasta que la situación se tornó pública.

Fue Linda Tripp, exempleada del Pentágono y amiga de Mónica, quien entregó las pruebas al FBI. Eran veinte horas de conversaciones grabadas junto a ella, en las que relataba pormenores de su vínculo con el poderoso hombre. Justamente, las proporcionó en enero de 1998.

Se supo entonces que ella le practicaba sexo oral al presidente en el despacho Oval de la Casa Blanca durante su horario de trabajo. Finalmente, la investigación de Kenneth Starr culminó con la acusación penal contra Clinton por “perjurio”, dado que había negado la acusación públicamente, no solo ante los medios sino también frente el Congreso norteamericano.

Después de insistentes negaciones y al verse confrontado por la evidencia, terminó reconociendo su amorío con Mónica. Hace veinte años, Linda Tripp expresó en una entrevista: “No sabía qué hacer, me aterrorizaba, me asustaba, me sentía totalmente culpable por tener que manipularla, pero estaba convencida en mi alma de que al final la beneficiaría. Que él ya no podría hacer esto para lastimar a nadie más”.

Vale recordar que no era la primera denuncia de este tipo que recaía sobre Clinton. De hecho, Paula Jones, una exsecretaria de Arkansas, lo había incriminado en 1994 por acoso sexual.

Por el caso Lewinsky, el entonces presidente tuvo que pasar por un juicio político por “perjurio”, “abuso de poder” y “obstrucción de la Justicia”. En consecuencia, perdió mucha credibilidad y cayó en las elecciones de ese año.

“Mantuve una relación con la señorita Lewinsky que no fue apropiada y que, de hecho, estuvo mal. Constituyó un error de juicio y un fallo personal por mi parte; soy el único responsable, pero en ningún momento he pedido a nadie que mienta o que oculte o destruya pruebas”, fueron algunas de las expresiones que el hombre manifestó en su defensa. El 4 de marzo de 1999, salió a la venta en los Estados Unidos el libro Monica’s story, una biografía autorizada escrita por Andrew Morton, en la que detalla su aventura con Bill Clinton.

Después del incidente mediático, Lewinsky obtuvo reconocimiento internacional, empezó a impular una variedad de proyectos, como el diseño de una línea de bolsos con su nombre y trabajó como portavoz y personalidad de televisión.

Posteriormente, con el fin de alejarse del hostigamiento, dejó la vida pública y se dedicó a estudiar una maestría en Psicología en Londres. En 2014, volvió a hacer una aparición en los medios como activista social contra el ciberacoso.

Hace pocos años, en un artículo que redactó para Vanity Fair, expresó: “En general, estuve sola. Públicamente sola; abandonada sobre todo por la figura clave de la crisis, que me conocía muy bien e íntimamente (Clinton). Que tuve mis errores, en eso podemos coincidir. Pero nadar en el mar de la soledad fue aterrador”.

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