Entrevista Exclusiva

Anne Zohra Berrached: “Mi secreto para hacer cine es nutrirme de los actores en los ensayos”

La talentosa realizadora de origen alemán será parte de la muestra que trae el mejor cine germano a nuestro país, con grandes preestrenos que trabajan de manera inédita temáticas recientes.

La realizadora Anne Zohra Berrached dirá presente en el 21 Festival de Cine Alemán, que del 16 al 22 de septiembre se desarrollará de forma presencial en Cinepolis Recoleta, de la Ciudad de Buenos Aires. Diario Hoy dialogó en exclusiva con la directora, que presentará Copilot, su más reciente producción, que narra cómo dos jóvenes se enamoran sin saber la verdad el uno del otro. Canan Kir y Roger Azar la protagonizan.

—¿Cuándo supiste que querías ser directora y cómo llegaste a serlo?

—Hice una película, no quería ser o pensaba en ser directora, hice un corto sobre mis vecinos libaneses, estaba en Berlín, contacté a un cámara y un editor por internet, y después de hacerlo pensé qué podía hacer con él. Lo mandé a dos pequeñas televisoras, lo compraron y ahí pensé que estaba bueno seguir con el camino. Comencé a estudiar, en escuelas que me habían recomendado, en una de ellas, que aplican miles de alumnos y solo eligen a siete alumnos, fui escogida. Muchos allí provenían de familias de cineastas, o gente asociada al cine, pero la mía es granjera, y no tenía una sola idea sobre cómo hacer películas, pero creo que lo importante es tener ideas y entender cómo llevarlas a la pantalla, y lo más importante es eso, saber hacia dónde ir. Siempre lo supe, el tema, qué quería contar, y además poder armar equipos y de ellos extraer lo mejor, porque en el fondo el cine es algo comunitario. Fue todo muy fácil para mí, porque además comencé a quedar en festivales.

—¿Influencias, películas o directores que te han impulsado a tomar la decisión?

—No, ninguna, porque nunca tomé esa decisión, haciéndolo me di cuenta. Ni siquiera iba al cine, no era algo “romántico”, fue algo más que el cine me eligió a mí, me di cuenta que gustaba mi trabajo y ahí dije: Esto es lo que quiero hacer. Creo que además, en la escuela, tenías que hacer películas, y así fue, uno tras otro, sin siquiera detenerme en la historia del cine, no tuve ni tiempo de ver películas y decir este director es mi preferido. Tal vez puedo mencionarte a Jacques Audiard, el realizador francés, tengo más realizadores que películas preferidas. Otro que me gusta es Yorgos Lanthimos, el “loco”. No miro películas similares a las mías.

—¿Conocés algo sobre el cine argentino?

—Mi novio era de la Argentina, estuve varias veces en Buenos Aires, y las películas que vi me gustaron, y la manera de hacerlas, pero sinceramente no recuerdo sus nombres.

—¿Qué inspiración encontrás a la hora de escribir tus proyectos?

—Tengo un tema y sobre él empiezo a trabajar, encuentro personajes, algunas preguntas sobre el tema, y después de eso hago la película. Las preguntas las pongo en el papel, y eso luego en la trama, siempre empiezan con preguntas, no con respuestas para los espectadores.

—¿Cómo surge la historia de Copiloto, un drama enmarcado con la tragedia que conmocionó a todos?

—Leí una nota sobre la mujer de uno de los terroristas del S11, y estaba tan bien escrita que me interesó y contar la historia desde alguien que estaba pasivamente en el tema, en este caso, la copiloto. Investigué varias relaciones de terroristas y encontré que había varias similitudes, algunas diferencias, pero más similitudes, contacté a un coguionista y con ella, Stefanie Misrahi, trabajamos mucho. No es mi estilo escribir los guiones, necesito hacerlo con alguien más, encontrar los actores, ensayar con ellos, lo hicimos durante un año, pero no ensayamos el guion, sino situaciones, recién les doy el guion un mes antes del rodaje, y de hecho de los ensayos e improvisaciones termino de cerrar el guion, ensayos, improvisación, guion, rodaje, así sería el circuito. Filmando, destruyo el guion, yendo hacia otro lugar. Al estar frente a los actores, que dicen los diálogos, y proponen modificaciones, ahí termino todo, porque además el alemán es muy difícil, de hecho en la película se hablan varios idiomas, el alemán, es complicado. Todos los idiomas son más fáciles y fluyen mejor que el alemán, no suena natural, cool, mi secreto para hacer cine es ese, nutrirme de los actores en los ensayos para traer a la vida los personajes en el momento.

—¿Qué fue lo más complicado de transmitir sobre el amor desde la perspectiva de una persona que iba a tomar una decisión drástica?

—Creo que lo más complicado fue escribir un personaje central que es pasivo, porque en la mayoría de las películas el personaje central lleva la acción o tiene lo más importante de la trama, acá no era así, en la sala de edición reescribí el guion una vez más, primero tuve una versión más larga que perdía la fuerza, y si lo hacíamos muy corto, no se entendía el tema. Acá la meta era no ser muy obvia, era algo que tenía que quedar entre líneas, y con algunas ideas sobre aquello que podría haber hecho para detener algo de los sucedido, pero tampoco quería que fuera sobre eso, entonces encontramos el punto justo de entender lo que pasa, sin querer empujarla a ella a tomar decisiones.

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