entrevista

Augusto Sinay: “Me gusta cuando el cine de género tiene más de una capa de lectura”

Inspirado en un cuento de Leopoldo Lugones, el realizador fusiona elementos del género fantástico, el terror, el drama y mucho más.

El escuerzo, dirigida por Augusto Sinay, que se puede ver en cine Cacodelphia, de CABA, Cineclub Municipal de Córdoba, y espacios Incaa del país, está despertando cada vez más interés en el público.

Con la Triple Alianza como escenario, hablamos con Sinay para saber más detalles de la propuesta.

—¿Sensaciones con que finalmente la película tenga su estreno?

—Estoy muy contento de poder estrenar la película después de diez años de trabajo. Es un sueño cumplido. Desde que iba al colegio que quería estudiar cine, mi colegio estaba a cien metros del Cineclub Municipal de Córdoba y me la pasaba viendo ciclos de cine con debate y alquilando DVD en la biblioteca. Por eso que mi película se esté proyectando en la sala mayor de ese cineclub, donde me formé, es realmente emotivo y cerrar un larguísimo ciclo de sueño y amor por el cine. Nos toca estrenar en un momento difícil para el cine nacional, con un anuncio destructivo detrás de otro, sin embargo, lo estamos llevando con mucho entusiasmo y responsabilidad a la vez. Por suerte el público está acompañando y estamos llenando todas las funciones, ¡una locura! En Buenos Aires agregamos tres funciones más porque agotamos las entradas siete días antes de cada proyección. Y en Córdoba ya vamos cinco funciones en las que la gente se queda afuera por localidades agotadas. Y, finalmente, en La Plata también se agotaron las entradas, había casi doscientas personas para ver la película presentada por nosotros y por el gran director Demian Rugna, de Cuando acecha la maldad, con quien estuvimos hablando sobre hacer cine fantástico en Argentina. Se está hablando mucho de la película, la gente sale contenta, impactada y con ganas de recomendarla, ¡eso es mi mayor orgullo!

—¿Qué fue lo que te inspiró para hacer la película?

—La película está inspirada en un cuento de Leopoldo Lugones, es un cuento corto que luego trabajé durante siete años escribiendo el guion, expandiendo el cuento, dándole un contexto histórico muy preciso: la Guerra del Paraguay, pero desde el punto de vista del interior de Argentina. El cuento y leer muchos libros de historia fueron enormes inspiraciones, de relatos de aquella época (1866) saqué muchísimas ideas, de acciones de los personajes, de diálogos, de rituales y escenas. ¡Hasta las formas de hablar están tomadas con precisión histórica! Para mí la historia Argentina está llena de acontecimientos increíbles, me apasiona descubrir personajes y pequeños gestos que hacen a nuestro país. También, como buen cinéfilo, las películas son siempre una inspiración, en este caso hay mucho de Leonardo Favio (Nazareno cruz y el lobo, Juan Moreira), de algunas películas bélicas en las que no se ve la guerra (Come and see, Jacobs Ladder), o de películas históricas (Zama de Martel o El último perro de Lucas Demare), hasta westerns extraños (Bone Tomahawk de Craigh Zaler). Siempre todo con la idea de hacer algo único y en los paisajes que me son conocidos y queridos, las sierras de Córdoba y el valle de Traslasierra, sin dudas otra fuente inagotable de inspiración.

—¿Sentís que el cine de género, cuando habla de lo local, termina siendo más universal?

—Lo que más me gusta es cuando el cine de género tiene más de una capa de lectura. En este caso tenemos la leyenda del sapo escuerzo con sus propias reglas, que es así como decís, una leyenda muy local, pero totalmente universal: la trasgresión y el castigo. Pero, además, la película tiene estas otras capas que siempre oscilan entre lo autóctono y lo universal: la guerra de fondo es la guerra de la Triple Alianza, pero puede ser cualquier guerra. El joven Venancio es un gaucho de las sierras, pero también es un joven perdido que deviene en adulto… como nos pasa a todos más allá de la época y la localización. Los miedos que puse en la película los saqué de mi cabeza (risas), ¡pero seguro los compartimos muchos más!

—¿Fue difícil imaginar la cosmogonía que atraviesa a todo el relato?

—Fueron muchos años de trabajar el guion por mi cuenta y también en talleres de desarrollo en donde esa cosmogonía fue creciendo, tomando forma y haciéndose cada vez más particular. No diría que fue difícil, pero sí de construcción lenta. La película al principio era más “costumbrista” y fue un lento trabajo de ir retorciéndola hasta llegar a un final abrumador. Fue muy importante durante ese proceso trabajar con la tutoría del escritor y director Christian Bernard, que me incentivaba a buscar mucho más lo fantástico, lo particular, lo aterrador. Salirse del naturalismo y viajar como viaja el personaje. Todo esto, de vuelta, inspirado por cosas que leía de historia o ilustraciones… recuerdo una ilustración en acuarelas de un sapo escuerzo diseccionado… hasta de ahí salieron ideas para crear este mundo. Verán en la película.

—¿Estás con algún nuevo proyecto?

—Sí, estamos trabajando en conjunto con mi hermano Matías Sinay (lo deben conocer por ser el creador de la serie Un mundo sin, éxito de YouTube), con él ya hicimos juntos el videoclip de los Rayos Láser, que fue un éxito, Ya me hiciste mal. Siempre nos apasionó el cine de género, la fantasía, la ciencia ficción. Y estamos escribiendo un proyecto tremendo, que se llama El trompetista y el fantasma, para filmar en las sierras de Córdoba también. Será una película de aventuras en la que un trompetista de jazz está dispuesto a todo por tocar el mejor solo de su vida. Tenemos un guion cerrado recientemente que nos tiene muy muy entusiasmados y planeamos filmarlo en breve.

Noticias Relacionadas