Entrevista Exclusiva

Belén Blanco: “Siempre trabajar con Fernando Spiner es una suerte”

Dueña de una trayectoria vasta tanto en teatro como en las pantallas, la actriz también ha dirigido proyectos que la llevaron a la competencia del Festival Internacional de Cine de Berlín.

Inmortal, la nueva película de Fernando Spiner, finalmente llega a las salas tras un exitoso recorrido por festivales y haber tenido un estreno limitado y presentaciones al aire libre en el Bafici. Protagonizada por Belén Blanco, Daniel Fanego, Diego Velázquez, Analía Couceyro, Elvira Onetto y Patricio Contreras, entre otros, en su propuesta distópica donde la búsqueda de la inmortalidad es el norte, Blanco encarna a Ana, personaje guía de la narración. Con ella hablamos en exclusiva, a horas del estreno, para saber sus impresiones sobre la llegada a las salas y mucho más.

—¿Sensaciones de que finalmente llegue a las salas?

—Hay ciertas películas que quizás soportan un formato de visionado acotado. Esta película en la pantalla grande es fundamental para apreciar el trabajo de sonido, de imagen, hay mucho puesto en eso, en la posproducción y eso se aprecia en el cine, además que es un disfrute y al menos para mí el ritual del cine, lo místico de conectarte con una película, más allá de estar rodeado de personas, pero nos atravesó una pandemia, la crisis. Hay mucho atraso, fue realmente difícil, no se sabía cuándo, pero finalmente se estrena y es lo esperado.

—¿Cómo fue volver a trabajar con Fernando Spiner y en los universos distópicos que crea?

—Siempre trabajar con Fernando es una suerte, la posibilidad de un trabajo muy creativo, porque él crea universos particulares en donde habitan estos personajes. Él te propone ir a un lugar muy particular, trabaja mucho con los actores, ensayando, escucha mucho, más allá que lo que le propones no quede y siga con su idea, es un director que te da mucha libertad para trabajar.

—¿Fue difícil ponerse en el cuerpo de Ana? ¿Te gusta jugar a lo que te propone?

—Es una responsabilidad porque es un personaje importante, atraviesa todo el relato, y había momentos que me interesaban transitar, por lo que proponía el universo, ver cómo entraba y salía, me interesaba saber cómo transitar, la propuesta es super lúdica, tenes que imaginar lo que no está, trabajamos sobre pantallas verdes, y a la vez filmamos en el microcentro en momentos donde no había nadie, era otro espacio muy particular.

—Además, eso, se rodó en un lugar que está muy vivo pero que en determinados momentos del día está completamente abandonado y desolado...

—Claro, porque los espacios tienen su vida, uno los conoce en determinado momento del día, pero tienen otras atmósferas y climas, y el centro cuando está vacío es precioso, fui bastantes veces. Con Fernando había hecho ya Los siete locos para TV, y acá sabés que viene una vez más de su mano y que va a hacer las cosas bien.

—Estuviste acompañada por compañeros de teatro, jugando, ¿se divirtieron en el rodaje?

—-Sí, ese también fue otro de los atractivos de la película, y si bien las escenas estaban corridas de lo real, propone otras cosas, tuvimos que hacerlas creíbles. Ya había trabajado con actores como Patricio, Daniel, Diego, pero con otros como Analía no.

—Repasando tu carrera cinematográfica, hay algo particular que tiene que ver con que nunca te dirigió una mujer...

—Sí, es verdad, es así, nunca me lo puse a pensar, no hago mucha distinción de género porque no lo pienso así, ni sé por qué.

—Por suerte esto está cambiando y vos misma has dirigido...

—Sí, a veces, otras escribo, hago cosas, es un lugar que me encanta, me gusta más improvisar con la cámara sobre universos que co­nozco, nunca escribí un guion, lo hago de otra manera, no tengo una estructura de trabajo como los directores de cine tradicionales. Hice muchas cosas improvisadas, como un corto hermoso con Norma Pons, mientras estábamos trabajando, transmitiendo la vida del actor tras bambalinas, porque uno está mucho en camarines, por ejemplo. Después hice uno sobre mi padre, sobre el campo, de donde soy yo, otro con una chica que trabajaba con vacas, nunca me metí con el policial.

—Por ahora...

—Sí.

—Contame más sobre el corto con Norma.

—Es bastante adorable, encima haciendo un trabajo que no estuvo muy bueno, pero detrás de escena pasaba eso, era increíble, imposible de no filmarla, no necesitas pensar demasiado, era ya una narrativa sobre lo que es la actriz argentina.

—Nosotros vemos el resultado en la pantalla, pero en el detrás debe haber una conexión y comunión con los compañeros fuerte.

—Sí, y una intensidad que no es habitual, vínculos intensos y después nunca más, y muchas veces no sigue la relación y es una forma de vincularse con el otro durante los rodajes. Son vínculos que se estructuran de otra forma, y sentís que te pasa una vida, intenso todo.

—Y en el caso del corto que hiciste son cuatro meses y queda para la posteridad lo que registraste, ahora está Norma Pons haciendo de las suyas en pantalla...

—Sí, y la libertad de poder hacer algo con alguien que querés mucho, que admirás, y convertir eso en algo creativo en una película o lo que sea. Lo pienso hasta cuando voy al campo y trato de hacer cosas que no solo terminen en mí, sino que trasciendan.

—El año termina en breve, pero ¿hay algún nuevo proyecto?

—La verdad que ni idea, está muy raro todo, voy a hacer algunas cosas, creo, pero no sé, porque puede estallar el mundo, el año fue así. Por eso hablo del hoy, que ya es mucho, porque la pandemia nos ubicó en el presente.

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