entrevista
Carlos Rottemberg: “Aprendí después de muchos años a hacer el balance en marzo”
El empresario presentó los elencos de las obras que estarán en Mar del Plata en sus teatros y analizó cómo vendrá la temporada.
Ya es un clásico. Finales de noviembre marca el inicio del derrotero que llevará a Carlos Rottemberg a presentar la temporada teatral marplatense, que este año estará más robusta que nunca, con espectáculos como Mamma Mía!, la despedida definitiva de Brujas y Quieto, uno de los éxitos de la escena independiente de Buenos Aires. En diálogo con diario Hoy, el productor revela detalles de su mirada sobre cómo será el 2025 en materia de escenarios en Mar del Plata.
—Esta temporada arrancás bien temprano, porque Mamma Mía! comienza en diciembre…
—Sí, en el caso de Mamma Mía! siempre nos gusta arrancar la temporada con algo previo hasta el último estreno, que lo tenemos recién el 6 de enero. Pasan un montón de días entre el primer día y el último estreno un mes, pero yo me repito un poco lo que dije recién acá, lo que digo todos los años. Tengo un particular cariño con Mar del Plata, la verdad que siempre me ha dado mucho la ciudad a mí, quiero decir que me siento muy bien tratado por los marplatenses y por eso digo que excede el teatro tiene que ver con las funciones en sí.
—Y en este momento que se dice que la gente no va a ir a la costa argentina, que va a ir a Brasil, ¿cómo lo analizan ustedes?, ¿cómo lo ven las cosas?
—Yo creo en algo, tenemos una empresa constituida con obligaciones, con equipos de trabajo, en relación de dependencia todo el año. Nosotros la coyuntura la vemos con un ojo, pero con el otro ojo vemos el trabajo, la empresa. Y la empresa tiene que, como la mayoría de empresas nacionales, tiene que seguir funcionando. O sea, nosotros podemos, obviamente, mirar la coyuntura, pero no podemos frenar como la mayoría. O sea, uno llega a la ciudad de Mar del Plata y se encuentra con que la inmensa mayoría de empresas está bien todo el año y están abiertas todos los años. Entonces lo otro es… vamos cuando nos conviene y cuando no conviene no vamos, y eso nunca fue mi estilo. Por eso son 47 temporadas en Mar del Plata consecutivas y no porque no me importe lo que pasa en la nacional. Por supuesto la tengo que medir, la tengo que saber, pero no nos frenó nunca a la hora de presentarnos en la ciudad.
—Vos siempre tenés una mirada muy precisa de qué va a pasar, no haces predicciones, pero, ¿cómo ves esta temporada en particular más allá de toda la propuesta maravillosa que vas a llevar?
—Aprendí después de muchos años a hacer el balance en marzo, porque escucho tantas cosas. Y siempre digo, déjame ver la autovía 2 el 25 de diciembre, y ahí empiezo a tomar el primer termómetro real, no creo mucho en mis propias predicciones ni en las de otros. Sí me guio por datos concretos, por reservas, con la llegada turística, pero yo soy de la época de la Mar del Plata de la ruta angosta. Hoy la gente se levanta en la Provincia de Buenos Aires, y si a la mañana ven que va a llover, cancelan la reserva, no nos olvidemos de que es una ciudad balnearia, el balneario sigue siendo el principal atractivo de la ciudad. Algunos nos dedicamos al teatro y otros a los tejidos, pero el mar es el principal aliado de la ciudad, y en ese sentido justamente lo aleatorio que he visto en los últimos años de ingreso turístico, me hace esperar un poquito el resultado. Lo que si, para la primera semana de enero para mí, como lo dije siempre la temporada está casi jugada, o sea, la boca de una entre 25 de diciembre y más menos el 7 u 8 de enero no falla. Pero no porque lo diga yo, porque la estadística muestra que en esas dos semanas se cocina la temporada.
—¿Brujas es la despedida definitiva?
—Sí, de hecho cada actriz tiene otro plan para el año que viene, es la despedida. Ya se despidió en Buenos Aires el 29 de septiembre y justamente queríamos poner un broche de oro haciéndolo en el mismo teatro, en la misma ciudad y por eso vamos.
—Al margen de las comedias llevás, Quieto, con Miguel Ángel Rodríguez…
—Es una joyita y porque me parece que todos los años, a mí me gusta trabajar, digo siempre para las primeras mayorías y para las primeras minorías, no me quedo segmentado porque creo que el público es muy volátil. Hay gustos, necesidades y contenidos para cada segmento. Entonces me parece que en su justa medida Quieto representa eso, para un gran nivel de teatro.