Entrevista exclusiva

Dady Brieva: “La risa es un gran salvavidas”

En diálogo con este multimedio, el actor reflexionó sobre el género al que dedica su vida y también presentó el show que lo trae a la ciudad.

Con esfuerzo y perseverancia, Dady Brieva construyó su carrera como humorista, comediante, realizador au­diovisual y comunicador radiofónico. En la actualidad, el hombre cosecha su siembra y llegará a la ciudad con un unipersonal titulado Súper Dady, el mago del tiempo, con el que recorre toda la nación. La cita obligada será el jueves 2 de junio, a las 21, en el Teatro Municipal Coliseo Podestá, ubicado en la calle 10 entre 46 y 47.

—¿Qué recorrido realizás a través de esta obra? ¿A qué génesis o ideas apelás para construir el camino del monólogo?

—Siempre se trata de lo mismo. Es decir, apelar a un ejercicio de la memoria el cual que no ha quedado en ninguna pauta registrada, en ningún lugar armado. Son muy pocos los que tienen registros audiovisuales de los momentos vividos en los años sesenta o setenta. De hecho, solamente en relación a los programas de televisión, cuesta mucho, mucho recorrer los archivos para saber lo que allí acontecía. Ni hablar de lo que sucedía en los contenidos televisivos. En ese sentido, lo que hago, a través del relato, el cuento o la historia, es unir una serie de anécdota que tiene una conclusión, también diferentes remates graciosos, y chistosos o exagerados. Intento apelar a una memoria histórica y a momentos vividos muy fuertes en lo que para mí fue, en los años sesenta y setenta, tanto en este país como en el mundo, fue una bisagra. Así que más o menos de eso se trata. De igual forma lo voy modificando constantemente. La última vez que fui a La Plata llevé este show, pero ahora es diferente. Ya hacía monólogos en Midachi, también en Agrandadytos y en la radio. He sido básicamente un monologuista. Luego fui alternando. De hecho, en mi película cuento la historia, apelo mucho a ello, al contado de historia.

—¿Cuáles son los límites a la hora de hacer humor? ¿Te resulta difícil llevarlo a cabo?

—Trato de no tener filtro porque si no, pierdo la espontaneidad, y eso sucede, se cae la contundencia que tiene todo artista popular para comunicarse llanamente con su público. Creo que tengo un sentido común que es generacional. Además, poseo un respeto por todos en general y hay algunos temas que me he esmerilado. Allí, mi mujer y mis hijos me han lijado para que vea las cosas hoy por hoy de otra manera y así las abordo con el humor. Para mí, no es difícil hacer humor, pero sin duda la risa cura. Además, ha sido siempre el gran salvavidas. La risa es un gran salvavidas y se puede ver, por ejemplo, en la película La vida es bella, lo hizo el humor gráfico en la época de la dictadura. De hecho, Jerry Lewis decía que en los velatorios se cuentan chistes de muertes, es una manera de sofocar la tragedia.

—¿Cómo te recibe la ciudad de La Plata?

—Siempre es lo más lindo que hay. Vuelvo y hay mucha gente que viene a verme, hay mucha acogida aún en épocas de pandemia, me festejan. Hay una gran masa popular que me sigue, me reconoce, que piensa como yo, y bueno, hacemos “alcoyana, alcoyana”.

—¿De qué manera es recepcionada la obra? ¿Qué reacciones mantiene el público presente? ¿Por qué la recomendarías?

—El público, cuando viene, primero se muere de risa; segundo, se trata de una persona a la que conocen y básicamente no lo defrauda, sigue pensando lo que dijo siempre, y es así. Creo que no van a descubrir nada nuevo, van a reír, a emocionarse. Y si bien es para gente de nuestra generación, los chicos la pasan muy bien también.

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