David Bisbano estrenó Dalia y el libro rojo

La superproducción animada propone la lectura y la imaginación como faros para la vida.

David Bisbano (Rodencia y el diente de la princesa) estrenó Dalia y el libro rojo, una superproducción animada que propone la lectura y la imaginación como faros para la vida. Con él hablamos para saber detalles de la película.

—¿Cómo te sentís con que finalmente, después de tanto tiempo, salga a la luz la película?

—Es raro porque uno estuvo 7 años en el mundo de Dalia, pero la peli ya la terminamos en diciembre del año pasado. Se estrenó en Sitges la semana pasada, estuvo en San Sebastián. Ahí está dando vueltas.

—¿Estás pensando qué hacer después?

—Yo ya estoy trabajando en una miniserie, en una serie para una plataforma que no puedo contar mucho, pero es algo de ficción, no animación. Lo aclaro porque todo el mundo me dice ¿Es animación? No. Pero muy de género. Tipo ciencia ficción. Me gusta el género. De hecho, apunto cada vez más a Star Wars, lo que más me gusta. Cuanto más mundo pueda crear, más me atrae el proyecto.

—¿Cómo surge Dalia y el libro rojo?

—Dalia surge porque cuando terminé la escuela, armé una lista de películas que quería hacer. Mi lista de películas de terror. Hice como pequeñas sinopsis. Y la de Dalia, que era mi película de animación. Después la vida me llevó a hacer dos antes, pero la que yo quería hacer era Dalia y era sobre incentivar a los chicos a que lean, el mundo de la literatura, que siempre me interesó, y después cuando empecé a escribir ese guión, no encontraba algo. Y se me ocurrió traer a Cabra, que era de otro proyecto que yo había abandonado y dije Lo voy a traer a este proyecto. Y ahí dije Uy, ¿qué pasa con esos personajes que uno deja ahí en el cajón? Que nunca la gente va a saber de ellos. ¿Qué hacen esos personajes? ¿Qué harían esos personajes por llegar a un libro o llegar a una película? Y ahí se me ocurrió cambiar el eje. Son esas cosas que uno está como trabado y todo se destraba. Más que los chicos lean, yo quiero que los chicos creen. Que los chicos creen sus propias historias, sus propios personajes. Y empecé a escribir sobre eso. Terminó siendo la historia de una creadora, no de una lectora, ni de alguien que haya leído mucho. Sino de alguien que va a crear mundos.

Noticias Relacionadas