Entrevista Exclusiva
El elenco principal de Os ausentes revela detalles de la serie
La superproducción brasileña mezcla el policial con el drama intimista, relatando la historia de un grupo de seres muertos en vida que intentan ayudar a otros mientras lidian con sus pérdidas y profundos dolores.
La primera serie brasileña de HBO MAX, Os ausentes, dirigida por Caroline Okoshi Fioratti, y protagonizada por Erom Cordeiro, María Flor y Flavia Garrafa, narra la desgarradora historia de una dupla de investigadores privados que ayudan a personas que han perdido a seres queridos mientras luchan por superar sus propios dolores.
Diario Hoy pudo dialogar con el trío central de la serie para conocer más de su trabajo y su mirada sobre el crecimiento del streaming y las producciones originales en su país.
—El género policial es un formato que atrapa mucho a los espectadores, ¿por qué creen esto?
—María Flor: Creo que Os ausentes no es una serie policial, de hecho la agencia no existe dentro de la estructura de la fuerza, sino por afuera. Es otra opción para aquellos que no pueden acudir a la Policía, por el motivo que sea, o porque simplemente no quieren que la historia sea expuesta. El hecho de que en la agencia se entienda el dolor por la ausencia es el diferencial que tienen, porque ellos no están alejados de esas historias.
—Flavia Garrafa: Hay una hermandad del dolor, que es importante. Hablamos de cosas amargas.
—Son la primera serie brasileña de HBO MAX. ¿En esto sí hay presión?
— Erom Cordeiro: Es una gran felicidad, una gran alegría, creo que es un trabajo que hicimos con mucho cuidado y esmero, entonces como equipo, elenco, estamos muy felices.
—MF: No siento presión, sino que siento que es el comienzo de algo nuevo.
—FG: Yo también, estoy feliz de ser la primera serie que inaugura el sistema en Brasil, y es una serie que además tiene un registro que no estoy acostumbrada a hacer.
—MF: Es muy extraño, hacer una serie, filmar durante cuatro meses, y ahora lanzarla sin haberla visto aún, ésa es una presión.
—Tras las cámaras está Caroline, ¿supieron que iba a haber algo distinto con ella en ese rol?
—EC: Me gustó mucho más que una mujer directora esté al frente de una producción con este universo, es una serie policial, hay acción, violencia, misterio, pero hay mucha humanidad en los personajes, capas y capas de conexión en el dolor de todos, y una sensibilidad construida en ellos que creo que Caroline fue clave para esto. Y lo hizo sin miedo, porque había veces que había escenas muy complicadas de realizar, que hasta yo estudiando el guion pensaba ¿Cómo vamos a hacer esto? Pero llegabas al set y se hacían.
La conocía a Caroline de otro trabajo y me sentí muy confortable y con mucha seguridad sabiendo que ella iba a estar delante del proyecto. Creo que es una posición de liderazgo en la que siempre están los hombres. Lo vemos en las premiaciones, en el cine de todo el mundo esto, y debemos hacer que esos lugares sean ocupados por mujeres, para quebrar estereotipos. Si es una película de guerra, misterio o suspenso, siempre son hombres las que las llevan adelante. Caroline es maravillosa.
—FG: Creo que hace toda la diferencia. Tiene una certeza y una dulzura juntas para el policial que creo que hasta ahora nunca se vio.
—MF: Este tipo de propuestas generalmente son dirigidas por hombres. Entonces creo que fue una elección atrevida, pero muy acertada de la producción, principalmente por lo delicado del tema que se trabaja, que precisaba otras capas más que la rigidez del formato de “dupla” de investigadores.
—FG: Creo que además por las ausencias, la desaparición de alguien es algo que las mujeres podemos comprender mucho más, no digo con esto que los hombres no tengan idea sobre esto, pero creo que son directores y visiones diferentes.
—Comentaron que quedaron sorprendidas porque muchas personas, cuando les contaron el proyecto, hablaban de “desaparecidos” o “ausentes” que conocían. Teniendo en cuenta esto, ¿sintieron más presión a la hora de trabajar en el programa?
—FG: Cuando un programa como este va a hablar sobre algún tema social, en un país como Brasil, que sufre con esto, debe hacerlo con mucho cuidado. La función del arte es tomar esos asuntos delicados y hacerlos más accesibles, pero claro que cuando estás en un proyecto que habla sobre el sufrimiento del otro, existe cuidado y hay una presión, sí. Además mi personaje, tiene una veta cómica, entonces me sentía presionada sabiendo cuándo podía ejercer el humor y cuándo no.
—MF: Sentí mucha presión, y también mucha responsabilidad en relación a la historia que llevamos al público. Es un compromiso que tenemos los artistas de no ser “livianos” con el dolor del otro. Había una preocupación de ser muy honestos a las historias y problemáticas que estábamos trabajando.
—FG: Y creo que cuando la serie pueda reconfortar y traer algunas soluciones para algunas personas, ahí cumpliremos una gran meta.
—En la región está presente el pasado de dictaduras y acá se habla de otras ausencias y dolores. ¿Piensan que dialoga con estos temas?
—EC: Sí, las dictaduras latinoamericanas son pasados muy terribles, y está muy presente el tema en mí por películas que lo mostraron, o la historia de las Madres de Plaza de Mayo es muy dolorosa, y tuve presente esto, porque aquí en Brasil hay personas que extrañan a la dictadura. No puedo creer que quieran eso, es absurdo, es como un lavaje cerebral, no recuerdan el pasado o son malas personas también. Claro que la pérdida y la ausencia presente en la serie se conecta de manera precisa y dolorosa, y además suma nuevas desapariciones como refugiados, trabajo esclavo, nuevas políticas detrás de la trama.
Las desapariciones son absurdas, no lográs comprender cómo una persona que estaba acá ahora no está más, sin saber qué pasó, si murió, si realmente eso sucedió, y si encima fue hecho de una forma estatal es un completo absurdo. Raúl en la serie se conecta con los que le van a pedir ayuda por ese dolor, él lo sintió en su piel y quiere sanar al otro.
—¿Qué les gustó de sus personajes y qué se llevaron de él para sus vidas?
—MF: Amé que María Julia era una mujer simple, y al mismo tiempo perseverante y decidida, creo que durante el proceso de rodaje me volví menos vanidosa, no sé si es algo que me llevé para mi vida.
—FG: Edith es un personaje muy dolorido, fuerte y me basé, para entender su universo, a la ausencia de mi padre, que murió de manera súbita cuando era muy joven. Ese vacío de no tener alguien es un motivo del programa.
—Y además compusieron sus personajes alejándose del glamour tradicional de la televisión, ¿ayudó eso a componerlo?
—EC: Sí, no se necesitaba el artificio, por eso cuanto más crudo, sudor, menos glamour llegamos a representar la vida, porque la vida no tiene glamour, y los que llegan a buscar ayuda son vidas destrozadas, por eso sería un contrapunto muy peligroso si le hubiésemos puesto glamour, que es algo muy lejano a lo que la serie dramáticamente necesitaba. Este punto fue una indicación de la dirección muy precisa, no estábamos atento a la cámara.
—¿Cómo viven la llegada del streaming a la industria audiovisual? ¿Es una posibilidad para ustedes?
—MF: Completamente, la gente tiene posibilidades de espacio de trabajos. Creo que amplía el mercado.
—FG: No solo para los actores, sino también para los espectadores. El público puede elegir qué ver, porque la televisión abierta invade la casa sin posibilidad, mientras que esto es muy democrático. Yo misma estoy haciendo una serie basada en un espectáculo teatral propio.