ENTREVISTA EXCLUSIVA

Fabián Gianola: “El teatro no contagia”

Durante una charla íntima con este multimedio, el intérprete se expresó sobre la vuelta a las tablas. También detalló los pormenores de la obra que dirige y protagoniza.

Con una extensa trayectoria en teatro y televisión, Fabián Gianola ganó popularidad gracias a su participación en Los Benvenuto, donde interpretaba a un simpático joven allegado a la familia por el que ganó un galardón Martín Fierro en la terna como Mejor Actor de Reparto.

Tiempo después sería convocado para otros elencos de novelas estelares como Nano; Poliladron y Los únicos pero también incursionaría en la conducción junto a Claudio Morgado en un clásico como Televisión registrada (TVR) que repasaba los momentos culmines de la pantalla chica.

Asimismo tuvo sus protagónicos en obras teatrales como Taxi, Pijamas y Los Grimaldi. 

En la actualidad, bajo la obra Relaciones peligrosas, cuya autoría corresponde a Aldo Nicolaj, el intérprete Fabián Gianola decidió doblegar el inmenso desafío de dirigir una pieza teatral pero también protagonizarla junto a Claribel Medina.

En esta realidad inusual que nos toca vivir debido a la pandemia imperante del coronavirus donde existen ciertas aperturas pero también otras restricciones que llegan para quedarse, este dueto talentoso se sube al escenario para darlo todo y demostrar que el único amor eterno existe sobre las tablas.

Las funciones se llevan a cabo en el Complejo Teatral Regina, los viernes y sábados a las 21, y los domingos 20.30.

En diálogo con diario Hoy, el intérprete Fabián Gianola recorrió esta pieza teatral que supo conocer mucho antes de la osada doble apuesta que asumió.

De esta manera, reveló cuáles son las vicisitudes y fortalezas de la comedia y qué herramientas adoptó o llevó a cabo para lograr ponerse en escena con tres actos que incluyen diferentes interpretaciones.

Asimismo, se tomó unos minutos para reflexionar sobre este tiempo imperante donde hacer teatro era impensado mientras asumió que los peligros no radican en consumir espectáculos desde las instituciones para tales fines quitando las habladurías al respecto y alentando al público a disfrutar con las exigencias necesarias ya conocidas.

—Durante esta nueva normalidad que, poco a poco, permite ciertas aperturas con protocolos estrictos, volvés al teatro con esta obra, ¿cómo fue que el proyecto llegó a tus manos? ¿Qué podés contarnos sobre tu personaje?

—Conocía el proyecto desde hace años y siempre tuve ganas de hacerlo. Además, conozco otras piezas del autor y se dio la posibilidad ahora. La verdad es que el texto es muy bueno, lleva tres cuentos de humor negro que son desopilantes, también muestran las miserias de los seres humanos de una manera muy divertida pero al mismo tiempo muy severa.
No creo que haya algo propio en cada uno de los personajes pero sí que se trabaja desde lo propio. Es decir encontrar un lugar común en cada uno es difícil porque es una comedia donde está exacerbado lo peor que tenemos. Es como que no encuentro nada similar en los personajes y yo pero sí reconozco que los hay la vida y la sociedad.
Durante el primer acto interpreto a un marido que cuida de su esposa moribunda; luego interpreto a otro que se casó por conveniencia y por último soy un hombre humilde que salva del suicidio a una señora que tiene mucho dinero.

—Tras el mentado parate donde los empleos, actividades y entrenamientos debieron trasladarse puertas adentro, ¿cómo vivís esta vuelta? ¿Qué sensaciones atraviesan a tu persona? ¿Cuáles son tus miedos?

—Estoy transitando este momento con mucha alegría y ganas de disfrutar. Después de casi 10 meses sin teatro, esta posibilidad de estar frente al público y tener la chance de hacer lo que amamos, se vive muy bien. Sin embargo, sucede que es mucho más difícil mover el carro pues cuando la rueda está aceitada todo es más sencillo. Hoy nos cuesta todo pero tenemos el amor y la felicidad que nos da el enamoramiento por el teatro.

—El universo del espectáculo fue el primero en bajar los telones y los artistas son los últimos en volver sobre las tablas o a la actividad en general. Ante este contexto, ¿por qué recomendarías al público que concurra a ver esta pieza?

—Primero, antes que nada, porque el teatro no contagia. Está más que probado, es decir en Buenos Aires se habilitó el 15 de noviembre, entonces desde hace un mes y medio hemos demostrado que con las medidas vigentes requeridas y los protocolos imperantes para que la gente concurra a las salas, todo ha salido con los resultados esperados. Quedó claramente comprobado, si luego sucede no se la tomen con el teatro porque la verdad no es una fuente de contagio. Después hay que ser conscientes de la posibilidad del respeto total y así todo saldrá bien.

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