Entrevista exclusiva

Frágil, la nueva creación de Sebastián Wainraich

En diálogo con diario Hoy, el actor reflexionó sobre sus guiones y trabajos, pero también precisó los detalles del unipersonal que lo trae a La Plata.

Durante una entrevista con este multimedio, el humorista, comunicador y actor Sebastián Wainraich recorrió su trayectoria. Desde sus inicios, sorprendió con su magia en los guiones, pero también al producir segmentos radiofónicos y televisivos para otros.

Con esfuerzo y perseverancia, Sebastián logró su lugar en los medios de comunicación, pero también se consagró como conductor, siendo el preferido de las generaciones contemporáneas.

Por otra parte, está gozando de lo cosechado en su siembra puesto que protagonizó la serie Casi feliz, que lleva dos temporadas con profundo éxito y ha sido emitida por la productora y plataforma Netflix. Allí comparte elenco con Rafael Ferro y Natalie Pérez, entre otros.

En relación a su universo íntimo, este buen muchacho lleva más de una década junto a su esposa, la comediante Dalia Gutman, con quien han fundado una familia con dos hijos en común.

En la actualidad, el actor está inmerso en una gira nacional con su show titulado Frágil. Se trata de un unipersonal donde recorre temáticas universales e interpreta a ciertos personajes. Es por ello que, en esta charla, presentó el espectáculo que dará el sábado 11 de junio, a las 21, en el Teatro Municipal Coliseo Podestá, ubicado en la calle 10 entre 45 y 46.

—¿Desde qué lugar te posicionás para llevar a cabo tus guiones? ¿Hay límites a la hora de hacer humor? ¿Qué herramientas se ponen en juego?

—Al humor lo trato como a cualquier otro género. Es decir, como si fuera el drama o una tragedia. Sucede que se escribe sobre lo que desees, el tema que desees desarrollar y lo hago con total libertad, honestidad, sinceridad y profundidad. De esta manera, a toda esta construcción, le busco la vuelta para anexarle el chiste, el dote de comedia y así llegar a todo ello.

—El paradigma en la forma de hacer humor fue mutando con el paso de los años y ahora, en tiempos de conquistas de género, se tienen otras cosas en cuenta antes de poner en juego ideas o guiones que resulten agresivos. ¿Cómo vivís esta situación en tu forma de ejercer el oficio?

—Obviamente, con el paso de los años hasta llegar a este presente hubo un cambio certero. De esta manera. Por mi parte, intento que no sea moral ni ideológico a la hora de hacer comedia, sino que solo sea una cuestión de gusto. Es decir, hay cierto humor que ya no causa gracia, pero no quiero que se sienta invadido por una cosa que no tiene que ver con el género de la comedia o con el arte en sí mismo, que es más bien la moral.

—Se estrenó la segunda parte de Casi feliz, seguís en el universo radiofónico y ahora llegás al teatro con el unipersonal. ¿Qué detalles podés brindarnos al respecto?

—Frágil es un unipersonal que tiene una duración de una hora y veinte minutos aproximadamente, en el que estoy parado con mi alma. Estoy yo solo, pero también interpreto a cuatro personajes que van apareciendo en mis monólogos. En este sentido, voy hablando de los temas que nos atraviesan, de aquellos que hablamos todos, por todo el tiempo y no son otros que el amor, los vínculos, la vida, la muerte, el sexo, el poder y las pasiones. Si bien parece un drama, no lo es. Se trata de una comedia pura.

—¿De qué manera innovás en el humor?

—No tengo la menor idea, supongo que debe ser buscando, siendo inquieto.

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