entrevista

Joaquín Furriel: “Yo me siento mucho más cercano a Adam Sandler que a Brad Pitt”

Uno de los más talentosos actores de Argentina estrena película y se prepara para regresar al teatro con un clásico.

Joaquín Furriel vive con alegría el estreno de su nueva película, El aroma del pasto recién cortado, de Celina Murga. Un relato en espejo que a él le sirvió para encontrarse en un lugar distinto de la actuación. Sobre este punto y otros, dialogamos en exclusiva con él.

—Cuando te llegó la propuesta, ¿qué fue lo primero que se te cruzó por la cabeza en esta idea de las dos historias en paralelo?

—Me la ofreció María Laura Berch, que es la directora de casting. Yo ya conocía a Celina Murga, no a ella personalmente, pero conocía su cine, y cuando leí el guion, lo primero que sentí es que, claro, no estoy muy habituado a leer guiones de una directora tan autoral e importante en nuestro cine. Y es interesante también como ejercicio, porque la calidad de los conflictos y cómo están expuestos... me di cuenta de que los conflictos son tangibles, por un lado, y que había una zona del personaje que podría llamarlo atmosférico, que había algo de lo que tiene que ver con un clima en el que el personaje está. Entonces nos reunimos con Celina, quería saber un poco si podíamos encontrar un lenguaje común y algo que sí me pareció muy atractivo para mí, fue la posibilidad de entrar en un terreno totalmente desconocido, y también poner en jaque lo que siempre me ha hecho vivir, que tiene que ver con un tipo de masculinidad. Yo le aporto a los personajes, que yo también me construí conmigo mismo, y algo de esa masculinidad se cuestiona. La primera semana, hubo un viernes donde yo ya no podía saber hacia dónde me quería llevar Celina. Yo estaba negado. Tomamos un café y le digo: no sé qué hacer porque hace cinco días estamos con todas las escenas, y ese café fue fundacional para lo que después fue la experiencia de la película. Porque ella me empezó a hablar de por qué me había elegido, y yo empecé a darme cuenta de que hay algo en mí que no lo muestro mucho, que tiene que ver con qué yo pensaba. Cuando vi la película por primera vez, yo la vi en Tribeca, en el Festival de Nueva York, había una parte al principio que como que no me reconocía como actor. Me empecé a acordar a cuando yo empecé a trabajar en televisión, fue hacer mucho, de comportamientos masculinos de los cuales yo nunca estuve muy seguro. Me di cuenta de que había desarmado eso, y que eso que armé fue más incomodidad, la que me aportó durante mi vida, porque yo nunca fui eso que armé realmente en mis veinte tantos. En las tres semanas de ensayo entendí que ese era el camino para trabajar, eso que yo formalmente no entendía, porque soy además una persona muy metódica en mi trabajo, disciplinado, en la experiencia de inmersión en los personajes. Disfruto porque lo tomo como un aprendizaje de humanidad. Pero en este caso había puntos muy neurálgicos que me angustiaban porque me ha pasado muchísimas veces se lo decía a Celina, que yo cuando me encuentro con una mujer y tengo una cita por primera vez o estoy entrando en un terreno que no conozco, me doy cuenta de que me pongo muy nervioso, yo me siento mucho más cercano a Adam Sandler que a Brad Pitt.

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