Junior Pisanú debuta en cine con La herida

El talentoso intérprete busca abrirse paso en la actuación con roles que le permiten demostrar su ductilidad y carisma.

La herida, de Diego Gottheil, tuvo un reciente paso por el último Buenos Aires Festival Internacional de Cine Independiente (BAFICI), en la que Junior Pisanú tiene el rol protagónico, como un joven que quiere luchar por su amor en 1983. Con la excusa de la presentación de la propuesta hablamos con Pisanú para conocer detalles de su llegada al universo de la actuación y más.

—En La herida estás el 99 por ciento de las escenas, ¿cómo manejaste eso?

—Fue fuerte porque vengo casteando en cine hace más de diez años y nunca me había tocado a mí un personaje, chico, ni nada, ni una participación, nada. Entonces fue fuerte, porque cuando recibo el guion y lo leo dije: esta historia la tengo que contar, lo necesito. A mí hay algo de la época que me atrae mucho y sentí mucha responsabilidad y bueno. Fue un casting larguísimo hasta que quedamos dos y se decidieron por mí. Después con el director conectamos muy rápido, hablando de que lee mucho, también yo leo mucho, él escribió dos novelas, entonces entablamos una linda relación. Y en las pruebas me pedía cosas y yo aparentemente estaba bien en lo que él quería, se fue dando y fue un sueño hecho realidad.

—¿Cómo fue viajar a esa época en particular desde la ficción?

—Fue un gran laburo de contexto, de leer, de volver a adentrarse, la historia me atrae mucho, entonces era algo que yo ya tenía muy latente. Tuve varios trabajos de época, es algo que me persigue. Muchas veces mis amigos, mi familia, me dicen que soy de otra época, como un anciano en un cuerpo un joven, a mí me gusta, me atrae y fue un rodaje corto, fueron cuatro semanas, pero yo era esa persona, en esas cuatro semanas me servía a mí cortar en el set e igual seguir maquinando cosas y pensar propuestas. Creo que es la única manera tenés de jugártela a fondo. Es un juego de ficción, sí, pero si vos la vivís de verdad, de esa manera, es mejor.

—La película tiene algo interesante que aborda el tema del aborto de una manera distinta. Siempre está todo depositado en la mujer y creo que es la primera película en la que un hombre defiende sus ganas de ser padre…

—A mí particularmente me atrae mucho el hecho de tener familia. Entonces creo que de ese lado tomé algo personal mío y dije: che, imagínate realmente que viene una persona con esta problemática que en vos solamente puede confiar para esto. Porque a su familia era imposible contarlo, más en esa época, con lo violento que era todo y agarré vivencias propias y dije: esto tiene que ser a fondo. Y el pibe realmente se la juega y cree con mucha fe. Yo me pongo en ese lugar y es muy duro, porque son esos amores que dejas todo.

—¿Por qué elegiste el camino de la actuación para tu vida?

—La madre de mi padre fue una actriz de cine de los años 40 que tuvo que abandonar la carrera por mi abuelo. Parece que él se enamora y le dice: o la familia o tu carrera, y abandona la actuación. Tal vez por eso estoy yo acá, porque tuvo a mi padre y hay algo de eso que me tiene agarrado y que me tironea y que siento que me dejó un poco el legado. Obviamente que es una pasión mía, que yo descubrí. Pero tanto de la rama de mi madre como de mi padre hay algo artístico que se juega, y que no me bajaron línea nunca, pero yo me di cuenta de eso. Y es más, con mi abuela nunca lo pude hablar porque yo arranco a estudiar teatro y ella ese año fallece, entonces nunca pude tener una gran conversación de eso. Yo siento que me viene de ahí y verla en sus películas, otra actuación, otro tipo de registro, otro código. Yo creo que hay algo de eso que me atrae mucho, como de seguir un legado que ella inició y que el hecho de no poder hacerlo y que esta pasión fuera tan fuerte, viene por ahí.

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