La pérdida de Meghan Markle

De forma reciente, la actriz casada con el príncipe Harry comunicó una triste noticia vinculada a la pérdida de su incipiente segundo embarazo.

Tras su matrimonio y la llegada de su primer retoño, la actriz Meghan Markle y el príncipe Harry replantearon su estilo de vida y dejaron atrás las confortables condiciones que les otorgaba la monarquía inglesa.

De esta manera, concluyeron que no estaban cómodos con la vorágine que implicaban los protocolos y la rigidez de la realeza, por lo que renunciaron a sus fueros y roles para llevar una vida común y corriente. Esto significó un claro disgusto para la patrona de la familia, la reina Isabel. Pero lejos de sentirse intimidados el núcleo familiar de Meghan, Harry y el pequeño Archie no dio marcha atrás a la decisión. Abandonaron el viejo continente para instalarse definitivamente en California, Estados Unidos.

En este contexto, la pareja se abocó al trabajo en la producción de contenidos para los más pequeños. Es más, participará de ciertos proyectos para la plataforma de streaming Netflix. Por otra parte, la mamá de la actriz colabora con el cuidado del infante y las responsabilidades del hogar.

Como cualquier matrimonio, los tortolitos han caminado por senderos luminosos y también por otros más oscuros, como lo es la pérdida de su segundo hijo. Esta noticia fue dada a conocer a través de un comunicado escrito de puño y letra por Meghan para un artículo editorial del New York Times.

En pleno acontecer del Día de Gracias, la intérprete publicó: “Era una jornada como cualquier otra. Preparé el desayuno. Alimenté a los perros. Tomé vitaminas. Encontré ese calcetín perdido. Recogí el crayón rebelde que rodó debajo de la mesa. Eché mi pelo en una cola de caballo antes de sacar a mi hijo (Archie) de su cuna. Después de cambiarle el pañal, sentí un fuerte calambre. Me dejé caer al suelo con él en mis brazos, tarareando una canción infantil para mantenernos a ambos tranquilos. Sabía mientras abrazaba a mi primogénito que estaba perdiendo al segundo”.

Luego continuó: “Horas más tarde yacía en una cama de hospital, sosteniendo la mano de mi esposo. Sentí la humedad de su palma y besé sus nudillos, mojados por nuestras lágrimas. Ahora tratamos de curarnos y salir adelante”.

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