entrevista

Laura Casabé: “Los derechos adquiridos no se negocian”

La talentosa realizadora presenta un trabajo que recupera la figura de Claudia Pía Baudracco, pionera de la ley de Identidad de Género.

Laura Casabé es conocida por dirigir películas de género como Los que vuelven, La valija de Benavídez, y recientemente filmó La virgen de la tosquera, basada en la novela de Mariana Enríquez; pero ahora presenta su primer largo documental Álbum de familia, que ­tendrá su estreno hoy en el Festival Cinélatino, Rencontres de Toulouse 2024.

Basada en una investigación de Paula ­Bistagnino, con colaboración autoral de ­Fernando Krapp, la película recupera la figura de Claudia Pía Baudracco, la legendaria activista de los derechos de las mujeres trans en Argentina. En exclusiva hablamos con Casabé para que nos cuente detalles sobre el trabajo y su incursión en el mundo documental.

—¿Cómo te sentís después de tanto trabajo? Vos me habías contado, no sé, hace como cinco años, creo, allá hace tiempo, que ya estabas trabajando en este proyecto y que finalmente ve la luz.

—Justo ahora también terminé de filmar La virgen de la tosquera, y la verdad es que estoy justo terminando un periodo de mucho trabajo. Estoy bastante aliviada porque fueron particularmente procesos muy largos y que se fue un poco armando mientras lo íbamos haciendo. Fue una película que fue metamorfoseando mucho, entonces ahora la verdad es que estoy contenta. Y también un poco aliviada porque no sabía si la iba a terminar la verdad, no sabíamos, no lo sabíamos de verdad, porque nuestro compromiso estaba, pero a mí me hizo dudar mucho. Ahora estoy recontenta y empezando a descansar después de más o menos cinco años, además. Porque las dos pelis fueron como muy en paralelo, una en desarrollo y otra mientras se hacía y ya terminé una y ahora terminé de filmar la otra, entonces, estoy bastante aliviada.

—El proyecto se dispara con la investigación de Paula, después se trabajó el guion, pero ¿cómo fue meterte en el cine documental?

—Es una experiencia desafiante para mí, yo había trabajado antes en televisión y estaba el sustento de la investigación de Paula, pero la investigación de Paula era sobre el Archivo de la Memoria Trans, no puntualmente sobre Pía. Entonces fue, por un lado, muy estimulante porque de verdad que nos metimos a investigar su historia, y la fuimos construyendo a lo largo que íbamos filmando, entonces el proceso es como realmente documental. Nosotros mientras filmamos también íbamos un poco de boca en boca recogiendo historias de Pía y llegando a los vídeos. La verdad que en ese sentido fue como novedoso, pero sí es cierto que me resultó como muy desafiante y, por un lado, muy amoroso, pero me hizo cuestionar muchas cosas. Y la manera de pensar una película, la manera de pensar una historia finalmente desde las herramientas de la ficción, que me ayudaron un poco en el final, pero es algo muy plástico en la edición, es muy plástico el documental y tiene un millón de formas posibles. De pronto este era un documental de investigación sobre un personaje sobre el que no tenía tanto material de investigación en los medios oficiales, entonces nos enterábamos de algo y llegábamos hasta esa persona que podía llegar a tener algo y de pronto se abría una nueva posibilidad de relato, una nueva posibilidad de la historia.

Fue mucho tiempo de acopio y hacia el final, quizás el último año, las herramientas de ficción vinieron a ayudar un poco a ordenar toda eso que habíamos juntado, toda esa información que traíamos desde hacía mucho tiempo y que era como difícil de ponerle como un orden también. Así que fue desafiante, pero también creo que me cambió la vida para mejor, la verdad. Esto arrancó como una experimentación personal y terminó finalmente con un compromiso muy grande para sacar a la luz la historia de Pía, entonces siento que es algo con lo que te comprometes muchísimo un documental. Le das mucho más tiempo y te desafía un montón y conocés gente con la que te involucras afectivamente y emocionalmente. Es más sensible que haber hecho una ficción, porque, digamos, fue durante mucho tiempo estar con Belén y estar con Marta y conocer a las chicas. Lo vincular en este tipo de documentales es muy importante y te comprometés muchísimo, le das un montón de tiempo y me pareció superinteresante. Pero realmente no sé si en este momento yo pienso una próxima película documental, la pienso de ficción, no sé si volvería, aunque de pronto no sabés si te encontrarás haciendo un nuevo documental.

—Ahora Álbum de familia se va a presentar en el Festival de Toulouse, y en el país se ningunea al cine argentino, pero justo te toca estrenarlo o presentarlo en el marco de un gobierno que está negando las diversidades, ¿cómo te sentís un poco con esto?

—Aterrorizada, la verdad, no pensamos que fuera cierto, la verdad. Justo también salió todo el tema de la desfinanciación del Incaa, entonces estamos todos muy atravesados y muy en shock también. La sensación que tengo ahora es un poco de terror, viste, más inmediata, no he llegado a reflexionar demasiado porque creo que estamos como procesando todo, yo todavía estoy en shock. Y siento que la cola de esto va a ser muy larga, que lo que está sucediendo es gravísimo, que es una herida de muerte.

Pero, bueno, en términos de que esta historia cobre vigencia, por un lado, celebro que hayamos terminado la película y que creo que es una película que si funciona como espero que ojalá funcione, creo que la vamos a poder mostrar un montón, y tenemos ganas un poco de que funcione un poco el boca en boca. Yo estoy un poco atemorizada al respecto y creo que sin dudas estas personas que no han salido de la marginalidad van camino a vivir una marginalidad aún peor. Entonces ojalá que la historia de Pía Baudracco pueda ser un bálsamo, traer a esta persona de vuelta y tratar de entender el mundo como lo pensaba ella porque, bueno, tocará hacer la resistencia, y eso es algo de lo que Pía sabía muy bien.

Te dije que estaba aterrorizada, pero creo que el miedo no nos tiene que paralizar, hoy veo un gran resentimiento por una parte de la sociedad y un miedo paralizante y culposo en la otra. Pero los derechos adquiridos no se negocian, no se pueden volver para atrás, esta película se trata de construir memoria para no repetir la historia. La mayoría de la gente que la vio lo primero que nos dice es que no tenía idea de nada de todo esto, y pasaba en la puerta de al lado, a la vista de todo el mundo. La persecución que vivieron las mujeres trans durante los 80 y 90 fue terrorismo de Estado, y las sobrevivientes siguen siendo una población muy vulnerable. Para mí son un ejemplo de comunidad el colectivo travesti, un ejemplo de compañerismo, de lucha, una manera de habitar el mundo distinta, y por eso desafiante. Ojalá esta película transmita algo de ese espíritu y sea inspirador para los tiempos perros que vienen, donde nos va a tocar resistir.

Noticias Relacionadas