entrevista

Laura Tuny: “Yo creo que siempre fui muy histriónica”

La recordada Etelvina Baldasarre de Señorita maestra desde hace años que se dedica a la música, y acaba de lanzar una nueva canción.

Desde pequeña, Laura Tuny sabía que iba a dedicarse al arte. La música y la actuación fueron dos ramas que le interesó explorar desde siempre y el primer éxito, Señorita maestra, en la pantalla del viejo ATC, la ubicó en la popularidad que siempre ha conseguido sostener. Ahora lanza una nueva canción, Darlo todo, y por eso hablamos con ella.

—¿Cómo estás viviendo este momento, lanzando nuevo tema, dando notas?

—Esto de mostrar el trabajo de uno a los demás, que lo escuchen y que les guste, la verdad que es muy lindo. Es una etapa hermosa porque se ve realizado todo eso que uno va a estar generando, creando y bueno, llega el momento de mostrarlo, es la devolución de la gente. Entonces es una etapa linda que uno la espera con ansias, cuando estás empezando a componer, empezando a ver el trabajo que va a ser musicalmente, en este caso, así que estoy viviéndola relindo. Y me gusta mucho, primero, lo que hice, obviamente, y estoy feliz con lo que hice musicalmente, con lo que logré con este tema, Darlo todo, y con la repercusión de la gente. Porque he recibido comentarios, mensajes de todo tipo al respecto de lo que dice la letra, de la música, de todos los detalles y se han tomado la molestia en ver en este trabajo que fue muy arduo y muy hermoso. Así que estoy feliz con lo que está pasando con esto.

—Nosotros te tenemos muy presente por lo que fuiste haciendo a lo largo de todos estos años en la actuación, ¿qué te pasa a vos cuando mirás para atrás?

—Miro bastante para atrás porque me lo están recordando casi todos los días, por la gente que me recuerda muy claro, por el programa que he hecho, el más famoso, Señorita maestra. Entonces me recuerdan y la verdad es que es algo hermoso, y también que me lo recuerden, porque gracias a eso es que yo pude seguir con esta carrera musical y artística y entonces eso para mí tiene un signi­ficado enorme. Me gusta, no me mo­lesta para nada, es parte de mi vida y es gracias a eso que yo puedo hoy poder seguir en este caminito, en este momento musical. Así que me pasa que, sí, es raro para las nuevas generaciones, a lo mejor, que me descubren primero como cantante, como compositora, y luego la gente me va descubriendo también en mi faceta de actriz y me dicen: “Yo no sabía que actuabas de chiquita”, y van descubriendo todas esas otras facetas. Así que vienen de los dos lados.

—En realidad, vos de chica, ¿empezaste con la música en Cantaniño? ¿Ya tenías ahí algo preferido por encima del otro, cantar o actuar?

—Yo creo que siempre fui muy histriónica desde el jardín. Buscaba expresarme, decía poesías, cantaba, bailaba. Al principio creo que todos los chicos lo hacen, lo que pasa que yo creo que es que lo hacía más, ha sido más intensidad, con más ganas. Y empecé cantando en Cantaniño, como bien decís, y la actuación vino después, pero creo que va muy de la mano también. Porque en ese momento bueno, en Cantaniño, también uno expresaba canciones, además de cantarlas. No teníamos al principio mucha preparación de lo que es cantar realmente, era más una expresión de una historia en una canción, que lo que es el canto en realidad. Entonces, esto todo viene de actuar, de actuar una canción, de actuar después una novela y creo que todo va bastante junto.

—¿Y cómo fue seguir tanto tiempo en actividad? Porque las carreras siempre son muy eclécticas...

—Esta carrera que nosotros elegimos a veces, aunque digo que en realidad no la elegimos nosotros, sino que nos elige, nunca tuve dudas de lo que quise hacer siempre. Me dediqué al arte y buscando, explorando, si bien es una montaña rusa, que a veces te toca estar arriba, a veces te toca estar abajo y tenés que tener un equilibrio emocional muy grande como para entender que son momentos y que la carrera de un artista tiene que ser consistente en el sentido de las cosas que hace, si hay éxito o no éxito.

Me parece que lo importante es saber qué es lo que uno está haciendo, saber ofrecer profesionalmente la mejor manera posible, disfrutarlo y a veces se va a tener éxito y a veces no. Pero bueno, es difícil entenderlo y más cuando uno empieza de muy chico, entender esa situación que les toca a todos los que estamos en este mundillo, nos toca a todos. Por suerte, tuve bastante apoyo y bastante protección a mi al­rededor, de familia, amigos, de todo, para mantener ese equilibrio de los malos momentos y no descolocar.

—Señorita maestra fue un fenómeno en una época donde volaba el rating y no había redes sociales...

—No había otra cosa para hacer y los chicos no podían ir a sus redes, a celulares, entonces miraban el programa. Y estaba bueno que a través del programa nosotros pudimos también difundir mensajes optimistas en los comportamientos de los chicos, por eso la gente lo recuerda ahora con mucho amor. Si ves en las redes, o en todos lados que hablan del programa, hablan con amor, diciendo: “¿Por qué no vuelven esas épocas?”, donde el respeto que se les tenía también a los maestros, a los profesores, del compañerismo, más allá de un personaje u otro. Siempre había una moraleja del respeto por el otro, del compañerismo, la solidaridad, del respeto por los maestros, de la familia.

También, digo, porque después, en los programas de televisión que otros intentaron, no sé, mostrar la escuela y demás, los chicos no tenían ni familia. Acá se hablaba de todo eso, problemas, las familias tenían problemas y entre ellas se ayudaban, y los chicos ayudaban a las familias que tenían problemas. Era todo un mensaje muy hermoso de una época que nos tocó vivir también diferente. Creo que hay muchos valores que se perdieron, que se mostraban por ahí en esos programas, que los tenía la sociedad y creo que sería lindo volver para eso, sobre todo.

—¿Viste alguna de las otras versiones que después se hicieron en otros países y tu personaje? ¿Qué te pasaba también con eso?

—Mirá, cuando me veo, me río, me agarro la cabeza, ese peinado que tenía el flequillo como con una onda era raro, no sé, me río, me causa gracia el timbre de voz... Porque, bueno, sigo teniendo agudos, pero un poco más trabajada, y hablaba ahí como pegada al techo, aguda, y eran terribles las cosas que decía también el personaje, que no me animaría hoy ni a pensarlo. Vi Carrusel, que fue el remake que hicieron en México, los personajes son como más tiernos, más dulces, nosotros éramos con sangre en las venas, más efervescentes, porque nuestra esencia es así.

Noticias Relacionadas