entrevista

LOL: Last One Laughing Argentina, un reality distinto

El exitoso formato de origen japonés estrenó su versión local con un dream team de estrellas de la comedia que se animaron a participar del programa e intentar no reír.

Dicen que la risa sana, y vaya si lo saben los ­protagonistas de LOL: Last One Laughing Argentina, el ­formato furor mundial que estrena en Prime Video todos los viernes episodios con el mejor talento cómico del país. Diario Hoy dialogó en exclusiva con Dan Breitman, Juampi González, Mica Lapegüe, Darío Orsi y Martín Rechimuzzi para conocer detalles de la divertida y original propuesta conducida por Susana Giménez.

—Si tuvieran que estar encerrados más de seis horas con alguno de ustedes, ¿con quién se iría cada uno?

—Darío Orsi: ¿En pareja? Porque de repente voy a decir mi señora y me dice: “¿Por qué no me ­elegiste?”.

—Martín Rechimuzzi: Me dijiste que yo era tu señora.

—DO: Habíamos tomado.

—Mica Lapegüe: Yo tengo ascendente en Libra, así que te digo a todos.

—Dan Breitman: Yo lo elegiría a Juampi, porque somos muy diferentes y nos llevaríamos bien.

—Juampi González: Yo siento que aprenderíamos mucho el uno del otro, pero a la hora siete discutiríamos y estaría renunciando.

—Cuando les llega la propuesta de participar, ¿habían visto el formato de otros países, las otras versiones?

—ML: Sí, yo ya conocía el formato de Australia, me gustaba mucho, y cuando me llamaron para participar vi los demás.

—JG: Yo también me tuve que poner a tono obviamente para saber de lo que era, pero desconocía totalmente.

—DB: A mí me pasó lo mismo.

—MR: No sabía de qué se trataba porque no había visto el desarrollo, y ahí empecé a ver y obviamente entender el desafío de ver cómo lo íbamos a hacer obteniendo nuestra impronta. Me parece que eso se logró y estamos contentos.

—¿Sabían cuando les dijeron que iban a participar qué hacer, o fue espontáneo?

—JG: Teníamos que preparar varias rutinas, pero algunas resultaban y otras no, porque estaban todos queriendo hacer reír en simultáneo. Entonces, vos por ahí proponías algo, pero justo conocías que otro proponía algo, entonces íbamos a eso. Y obviamente mucho de improvisado y espontáneo, de sumarte a la propuesta del otro, que obviamente no sabíamos quiénes eran los otros y menos qué iban a hacer y proponer.

—ML: Había que usar todo lo que llevábamos. Al estar seis horas, es un montón de tiempo, parece poco pero es un montón de tiempo para estar todo el tiempo proponiendo sin reírte.

—DB: Yo llevé un bolso lleno de personajes y no usé ninguno.

—MR: Yo no llevé porque pensé también en eso, que ahí había que concluir con lo que estaba pasando. Y además los personajes, a mí me pasa que cuando hago un personaje le cuido mucho el entorno, y ahí era un territorio muy poco gentil para este personaje. Entonces pensé en armar ahí, a ver qué pasa.

—¿Primera vez en un reality?

—ML: Yo había participado en un reality de cocina.

—DB: Yo había participado en el Bailando por un sueño y renuncié. Después, en el Cantando. Y acá lo único que me dio un poco de fobia fue que estuvimos seis horas encerrados, estuve muy nervioso.

—¿Se puede hacer humor con cualquier cosa?

—MR: Sí, primero porque me parece que tanto yo como nosotros no queremos ponernos en la posibilidad normativista de definir aquello que no se puede. Y segundo, que se puede hacer cualquier cosa también por el hecho de que la consecuencia de esto es que te tenés que poder hacer cargo de lo que estás haciendo. La supuesta clausura o el cancelar este tema, sabemos que las cancelaciones vuelven con un retorno más potenciado. En cambio cuando se continúa la lógica de esa propuesta, incluso con incomodidades para quien lo hace y para el resto, por lo menos daría posibilidades de pensar en un territorio distinto.

—¿Fue el público más difícil que tuvieron hasta ahora?

—JG: Sí, porque lo que pasaba en muchas dinámicas era que no solamente al que le estabas haciendo esa dinámica no se reía, sino que por ahí directamente tenía su escape de no darte atención directamente. Se quedaban pagando por todo el lado, porque se ignoraban, porque sucedían otras cosas al mismo tiempo. Entonces sí, es como ir a hacer un monólogo a un jardín de infantes.

—ML: Fue difícil, recontradifícil. También esto fue como público.

—Si tienen que invitar a la gente a ver LOL Argentina, ¿por qué sería?

—ML: Tienen que ver LOL primero porque es humor. Y el humor es salud. Para mí el humor es sanar. Y se van a divertir. Lo hicimos todos con mucho amor, con mucha pasión por lo que hacemos. Y por eso se van a divertir.

—MR: Tienen que verlo porque sí, todos tratamos de hacer reír. Y además porque tenemos también por delante creo la visión de que de otro lado hay gente mirándonos y que lo que más nos divierte y lo que más nos gusta, nuestro punto de goce, es que el público se divierta y estamos trabajando más allá de la fantasía de la competencia. Para eso, entonces también ahí se genera una dinámica que por ahí no estamos tan acostumbrados, de colores tan diferentes de comedia a confluir en un espacio. Entonces, en ese sentido es una propuesta absolutamente innovadora.

—DO: Yo creo que la gente va a ver por primera vez que a los que hacemos reír, a los comediantes, marcando la pista. Y es muy divertido.

—DB: Porque es una nueva propuesta, diferente, que no se vio en Argentina. Sí en otras partes del mundo, pero acá no, con nuestros comediantes.

—JG: Y tienen que verlo también porque se van a divertir mucho, porque el entretenimiento está ­presente. Y lo mismo, también acompaño, porque es una nueva propuesta que espero que sea un precedente para que surjan

más programas en el cerrado mundo del humor, de la comedia, y que obviamente todos estemos presentes.

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