entrevista exclusiva

Marc Clotet: “Para mí cada proyecto es un reto donde dejo el alma”

El talentoso actor español estuvo en el país para presentar la ficción que toma un particular festejo estudiantil como punto de partida de un thriller apasionante.

Último primer día, de StoryLab, ya está disponible completa en la plataforma Flow, apostando, una vez más, a la producción nacional de contenidos. Este intenso policial, con Eleonora Wexler, Rafael Spregelburd y Ana Celentano a la cabeza, cuenta con la participación del español Marc Clotet. Secundados por Minerva Casero, Santiago Achaga, Lautaro Rodríguez, Federico Bagnis, Candela Saitta, Diego Benedetto y Agustina Benavides,  se narra un crimen llevado a cabo durante la fiesta del “último primer día” (UPD) de un exclusivo colegio. Diario Hoy habló en exclusiva con Clotet, para saber más sobre su personaje y estadía en la Argentina.

—¿Cómo llegás a la serie?

—Me llamó mi representante, Mauricio Catarain, me habló del proyecto, me envió el guión, lo leí y no dudé un segundo, porque tenía muchas ganas de venir aquí. Había trabajado en otros países, como en México, pero quería hacerlo aquí, por su tradición teatral, cómo entienden la actuación. Hice en Barcelona cursos con Javier Daulte, para mí es la meca de la actuación, y lo tenía pendiente para hacerlo.

—Es un momento, además, en el que Argentina está enviando muchos actores y actrices a trabajar a España…

—Es un momento en donde el talento está viajando por todo el mundo, tengo muchos amigos españoles que están aquí trabajando. Es lo bonito de esta nueva etapa de la ficción en la que las series incorporan gente de todo el mundo, es algo global, visto por todo el mundo, no solo local, que hace que haya más heterogeneidad. Eso enriquece los proyectos, así que ojalá que haya cada vez más.

—En los años 80, aquí Imanol Arias, por ejemplo, protagonizó Camila, de María Luisa Bemberg, una de las películas más exitosas del cine argentino, pero fue doblado. Ahora los actores pueden hablar con su acento y que se respete…

—Yo estoy totalmente en contra del doblaje, para mí es el símil de escuchar una canción cantada por otra persona. Para que la entiendas, la interpretación es la voz de la persona en el momento que lo hace.

—El doblaje es muy común en tu país…

—Es común en España, en Italia, y el origen de doblaje allá parte de la época franquista, porque así se controlaba lo que se decía, y todavía sigue un poco, pero por suerte las nuevas generaciones están impulsando a ver las cosas en el idioma original. Yo no puedo ver algo que no sea en su idioma original.

—¿Qué fue lo que más te atrajo del proyecto? ¿Conocías esto del “último primer día”?

—No tenía ni idea de lo del último primer día, tuve que buscarlo y me pareció fascinante como celebración y lo que me atrapó del relato es, como siempre, el reto del personaje en la historia, qué cuenta, cómo se cuenta y el reto a nivel actoral que eso supone, y acá estaba todo para decir que sí.

—¿Qué diferencias encontrás entre los rodajes de España y de aquí?

—En el mundo se trabaja de la misma forma, pero cambia el alma y lo que se genera con el proyecto, el grupo que está, lo que te permiten apostar, el tiempo. Un rodaje para mí lo determinan las variables de tiempo y flexibilidad, da igual si rodás aquí, en República Dominicana o Budapest. Uno trata de representar escenas que no son reales, para que lo vea como primera vez el espectador. Es importante que el director te permita jugar, como también el equipo con el que trabajás, eso es lo que diferencia una producción más que otra, más allá del país, desde la actuación trato de cuidar eso.

—Interpretás a un profesor que incita a la libertad, no es la primera vez que te toca, pero ¿cómo fue encarnarlo?

—Cada personaje intento concebirlo desde lo que uno tiene dentro, y yo podría haber sido un profesor de biología en mi vida. Comparto muchos de los valores de Joaquín, esa libertad para creer que el cambio es posible, que se puede pelear por un mundo mejor, intentando transmitir que cada uno pueda encontrar su esencia en el mundo, que no nos obliguen a ser lo que no queremos ser, que cada uno luche por lo que sueña y que no hay límites. Eso lo repito en la serie, para mí cada proyecto es un reto donde dejo el alma. Cuando tenés un personaje que es tan importante para él defender ideales podes trabajar mucho.

—¿Sos de juzgar los personajes que te toca encarnar?

—No, los juzgo positivamente, los compro, los tengo que entender y comprender, aun sea el villano más villano o la persona más amorosa. Hay que entender por qué actúan como actúan.

—¿Expectativas con la serie?

—Muchas. El público decidirá qué vida tiene sobre lo que hemos creado, pero sé que cada uno que ha participado de la serie ha dejado lo mejor, y eso se ve.

—¿Cómo sigue tu año de trabajo?

-Estoy presentando un programa en Barcelona, Euforia, estoy como jurado, es un talent show, que la está rompiendo y después tengo una película que se rodará en Perú, tengo una productora con mi hermano, estamos viendo proyectos. Ojalá pueda volver pronto acá con otras propuestas.

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