entrevista

Mariana Chaud: “Empecé a disfrutar del oficio de ejercer la dirección”

La talentosa actriz, dramaturga y directora, vuelve en las vacaciones de invierno con una de las obras más originales y divertidas para toda la familia.

El próximo domingo a las 16, y el 16 y 23 a las 15 vuelve Familia no tipo y la nube maligna, un espectáculo para toda la familia, creado por Mariana Chaud, que se verá en Ciudad Cultural Konex (CABA).

Para conocer más detalles de la hermosa y diferente propuesta, hablamos con Chaud en exclusiva.

—¿Cómo haces para organizar el día al día con tantas cosas?

—Como puedo, creo que en general los que hacemos teatro es como que siempre hay que estar con varios platos en el aire. Medio que terminaste de estrenar una cosa y estás ensayando dos o tres a la vez, y bueno, a mí me funciona bien. No sé si es algo de adquirido la maternidad, o es una habilidad más de las mujeres, pero es esta cosa de la atención múltiple y creo que lo manejamos mejor; y también es algo del país. En otros países con un subsidio, o con un esquema mucho más tranquilo, económicamente, te dedicas a un solo proyecto y estás feliz y lo estrenas. Acá es más complicado, pero bueno, estamos acostumbrados a hacer muchas cosas al mismo tiempo, por lo menos así es mi experiencia.

—Últimamente estás más dedicada a la dirección y a la dramaturgia, más que la actuación propia, ¿es algo que buscabas?

—Cada tanto vuelve la actuación y es muy placentera, pero sí, estoy más abocada laboralmente a dirigir estos últimos años, estuve más dirigiendo, textos de otros, sobre todo de Tamara Tenembaum, que me gusta mucho. Porque también empecé a disfrutar del oficio de ejercer la dirección, porque con los textos propios es una carga con todo, el texto también, así es como que estás, no largás la creación. Igual siempre estás también cuando uno está dirigiendo textos de otros, y obviamente es una actividad supercreativa y todo. Me encanta escribir en general, me gusta mucho hacer proyectos propios, es algo que no voy a dejar de lado porque tienen algo muy particular y creo que uno se conoce a sí misma, hay otra exposición y tiene muchos condimentos. Pero también con el ejercicio de la dirección en sí misma me parece que está muy bueno, que es como un oficio muy noble y que con el tiempo uno va sabiendo más de manejo de grupos, de puesta, como que involucran muchas actividades, mucha disciplina, muy diferentes y me gusta mucho.

—En breve vas a arrancar con ficción en Picnic extraterrestre, el nuevo streaming…

—Sí, es un proceso que todavía no salió porque lo nuestro, que está dentro del canal, que me encanta la propuesta, es como una especie de ficción, de humor, sketches sobre todas cosas que están en venta en este planeta, todo. El mundo se cae a pedazos, pero seguimos vendiendo todo lo que se pueda y juega un poco con ese absurdo. Lo estamos haciendo con Néstor Montalbano, escribiendo y lo vamos a hacer con Julieta Zylberberg.

—Y además esta noticia de que por suerte vuelve Familia no tipo… ¿Cómo surge un poco la obra?

—Primero empezó como una adaptación de los cuentos de Socorro, de Elsa Bornemann, para el teatro Cervantes. Fue una convocatoria abierta, tuve varias reuniones, quedó, empecé a trabajar ahí, se sumó Gustavo Tarrío y luego con la pandemia se perdieron los derechos, así que empezamos a trabajar en un texto propio. Y estaba esta idea de la Familia no tipo, y los cuentos que le leían a la pequeña Socorro para dormir, y bueno, fue cambiando y terminó siendo más entrar la familia que a los cuentos. Pero también tuvimos la suerte de más de estar en ese mix de pospandemia y de poder, en la gestión del Cervantes, ensayar desde un proceso creativo previo a los ensayos. Que eso es algo que creo que fue la única vez que me pasó en el teatro oficial, el teatro público, y que deberían promocionar. En general, se trabaja mucho más así en el teatro independiente, con improvisaciones, con pruebas, con investigaciones y todo el tiempo de ensayos.

—Llegaron al Cervantes y ahora vuelven, ¿lo imaginabas?

—Siempre teníamos el deseo de continuarla porque es una obra que nos divierte muchísimo y es mi primera experiencia en teatro para lo que llaman “teatro para niños”, pero que es para toda la familia o para todas las familias. Y fue una experiencia muy hermosa, donde es para los niños y para los padres y nos divierte mucho hacerla. También es como un público muy espontáneo, es como que no está predicada la reacción que conocen en el teatro para adultos, algo más convencionales, más esperable de la respuesta del público. Y con los niños pasa de todo, no están domesticados como espectadores y eso tiene una potencia espectacular y también te incentiva y te estimula.

—¿Cómo fue adaptarla para este nuevo espacio?

—El año pasado hicimos una experiencia también que estuvo buena en Tecnópolis y ahí era todo más inmenso todavía, pero era como más lejano. Porque el Cervantes tiene eso particular que es grande, pero a la vez es muy cálido. Igual tiene a todos los trabajadores a disposición, que es como que además es un equipo grande y acá bueno es más chico el teatro y siempre hay que adaptar cosas en los nuevos espacios. Pero siempre nos apoyamos, es la base de familia, el relato y la actuación y la conexión con el público y después tratar de ofrecer la mayor espectacularidad posible.

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