“Me encantaría que me tengan en cuenta para hacer cine”

Mientras disfruta haciendo temporada en Capital Federal, Emilia Mazer habló con este medio sobre su carrera como actriz y sus ganas de volver a la pantalla grande nacional

En 2008 Emilia Mazer fue madre y decidió bajarle la intensidad a sus actuaciones. Sus apariciones televisivas menguaron y, totalmente abocada al teatro, pagó el precio de ser llamada cada vez menos para trabajos en las tiras de los canales argentinos. 

De todas formas, no reniega de eso y, por el contrario, le agradece a las salas la vida que le dieron. “Me considero una actriz de teatro, donde estoy más a pleno. Ahí encontré mucho reconocimiento y respeto”, aseguró.

—A pesar de que no se te vio tanto en televisión, te mantuviste activa...

—Termino una obra y tengo hasta cuatro proyectos entre los que se me hace difícil decidirme. Eso no me pasa con los otros formatos; le debo mucho al teatro. Hasta para dar clases, hay gente que viene a vivir a Capital Federal solamente  para estudiar conmigo.

—¿Cómo te llevás con la docencia?

—Doy clases hace 22 años y hace un tiempo tengo mi propio espacio en Núñez que se llama El Aleph. La gente que pasa por el estudio y se banca dos o tres años empieza a ver frutos en su propia experiencia, y eso es lo que a la larga me gratifica como profesora. Me gusta tener alumnos que engendren sus proyectos, poder acompañarlos para que se reconozcan como artistas, no en una ambición de fama, sino en atravesar su formación con empeño; lo demás vendrá solo.

—¿Con la televisión qué te pasa?

—Hasta Mujeres asesinas trabajé bastante, después hice unitarios sueltos, que es algo que me gusta mucho, pero lo más fuerte que tuve en los últimos años fue Por ese palpitar (2000). Soy mamá tardía, me pasé la vida encerrada en estudios y quería dedicarle más tiempo a mi hija, por eso me retiré un poco. A veces me preguntan si no trabajo más, porque no me ven, pero por ahí hice algo que salió hace poco, como El hombre de tu vida (2016) que se vio mucho, aunque fue un capítulo y listo. 

—¿Y con el cine? Tu última película fue en 1999…

—No me acuerdo.

—Evidentemente pasó un tiempo, ¿te dan ganas de volver?

—Mirá, yo creo que hay nuevas generaciones de directores muy buenos, capaces y formados, que de pronto no vieron todas las películas que hice hace más de 30 años, y que si no te ven en la tele no te llaman. Quizás no estoy en la lista para filmar, pero estoy disponible, me gustaría ser parte del cine que se hace actualmente. Hay gente interesante, como Lucrecia Martel y Pablo Trapero. Por supuesto, no siento que nadie me deba nada.

—¿Es tu debilidad?

—Es un amor que a veces te da bola y a veces no. Pero mi lugar de actriz se lo debo al teatro. Ese es mi gran amor, aunque a veces me dan ganas de serle infiel.

—Volando un poco, ¿ves algún papel que te gustaría hacer? Vale de afuera.

—Bueno, un personaje como el de Julia Roberts en Erin Brockovich, una mujer audaz (2000), donde hace todo para sostener una vida con tres hijos, me fascina.

En los últimos años, Emilia ha pasado a interpretar varios papeles como antagonista en las ficciones en las que le tocó trabajar, y por eso fantasea con un rol como el de la actriz de Pretty Woman. “Interpretar a la mala no es lo que más disfruto. Una o dos veces me la banqué, porque está bueno, pero me gustan las heroínas que luchan porque la sociedad cambie”, afirma Mazer.

Acaloradas, su presente teatral

Actualmente, la actriz se encuentra trabajando en equipo con Fernanda Callejón, Pata Echegoyen y Gabriela Sari en Acalordas, la obra producida por Damián Sequeira. “Nos divertimos haciéndola y la gente se ríe mucho”, afirmó la actriz. 

En este sentido, la función cuenta con cuatro monólogos de las protagonistas, en los que ella le da bastante espacio a la creatividad. “En mi caso hay gran parte que improviso todas las noches con lo que me viene del público, y creo que no solo es un gran desafío sino que es muy revitalizador”, sostuvo la intérprete, que dijo disfrutar del vértigo de tener que inventar sobre la marcha.

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