entrevista

Osvaldo Laport: “Siempre trato de bregar por el equilibrio”

El intérprete, que en otros tiempos fue ícono de las telenovelas, vuelve al cine con dos roles exigentes y diferentes a los que nos tiene acostumbrados.

Con una doble presencia en Hombre muerto y El señor de las ballenas, Osvaldo Laport regresa al cine, un medio en el que en los últimos tiempos le ha brindado la posibilidad de explorar roles diferentes a los que venía trabajando. Con él hablamos para saber detalles de su presente.

—Te están llegando personajes en el cine completamente diferentes a lo que nos tenías acostumbrados…

—Cuando Andrés Tambornino, el director de Hombre muerto, me llamó en plena pandemia, me dijo: “mirá vos, vos no me conocés, tengo un proyecto, tengo un personaje y te vi en las redes con pelo largo y barba ¿Lo estás dejando para algo?”, y le digo: “sí, llegaba para una película que va a ser en el sur. Pero ahora con todo esto, ni idea de qué va a suceder”. “Ah, bueno, a mí me encantaría ese look que tenés”, me dijo y termina la pandemia y ¿quién ganó de mano? Hombre muerto. Cuando termina la película, aparece otra posibilidad más, otra película en Córdoba con el mismo look. Entonces, le digo a mi representante, “¿cómo viene la del sur?”. “No, está atrasada”. Y esta otra que salió de Córdoba la huelo mal, no sé qué cosa y hubo ahí como unas energías raras de ese proyecto. Y yo dije, no, ya está. Pasaron tres, cuatro días y me llaman para decirme que se hace la del sur, me rapé la cabeza y la hice así. Bueno, qué decirte, Hombre muerto, es rara la película, pero me parece que ahí está la riqueza. Ahí está lo divertido. Porque creo que en ningún momento se nos cruzó hacer un western. Y al mismo tiempo te confieso que cuando aparecen estos proyectos con personajes tan raros, automáticamente pido irme, no sé, diez días. Bueno, tres días previos para aclimatarme y siempre es a pulmón y con poca guita. Para esta película yo llegué a La Rioja un día antes. Con el viento sonda.

—Que sé que los castigó…

—Mucho. Sonda y bichos. Eran las dos cosas. ¿Por qué hago hincapié en esto? Porque ver la película, yo ya la vi dos veces, no se le ven los hilos a las marionetas. Las marionetas somos nosotros. Y de pronto el peligro era que este personaje, Almeida, se notara que era urbano, que era de una gran ciudad.

—Pero es interesante también esto que se está dando que a vos te están tocando oportunidades de hacer cine en todo el país, ¿no?

—Es buenísimo porque no solamente es la posibilidad de conocer la riqueza de nuestro país, la belleza de nuestro país, la fotografía de nuestro país, esta película tiene mucho de eso. Fotográficamente hablando es hermosa. Más allá del talento, de la técnica, es encontrarte con el amor de los pueblos. De la gente, de su gente. Te estoy hablando y ya me estoy emocionando.

—Es que debe ser muy fuerte…

—Yo trato siempre como individuo, como hombre, y por filosofía de vida, siempre trato de bregar por el equilibrio. También como embajador de Acnur, el tema de los refugiados, que he visto tantas realidades crueles en el mundo que tengo, más allá de la sensibilidad flor de piel, pero la templanza para tratar de buscar algo positivo en lo negativo. Todo el tiempo. Entonces, quiero creer que esto que nos está sucediendo es como que nos ha empujado a decodificar. Hay que ver qué es lo que no funciona de esto, qué es lo que está mal de esto, es como cuando te parás frente al placar y decís: “uy, qué quilombo tengo acá”, y hay que arreglarlo un poco. Quiero creer que es por ese lado y que tengamos la posibilidad de ser escuchados. Tal vez sea demasiado romántico mi filosofía, pero me parece que todos tenemos la misma idea.

—¿Estabas esperando el estreno?

—Quiero verlo en la pantalla grande, porque la he visto en una privada, pero queremos verla en la pantalla. Se estrena en breve El señor de las ballenas, otra experiencia maravillosa que también rodamos con Roly Serrano. Otra que hicimos en Paraná, Entre Ríos, La emboscada, y después ver esas cosas que me suceden. Además estoy con un proyecto de cine que a lo mejor se iba a hacer acá, pero con toda esta problemática no sé, era una coproducción con España, se llama Quemacoches. Y después estoy como director armando tres espectáculos teatrales, dos reposiciones, una es Beatnik, Limbo, de Pizarnik y reponer Oscuras rosas rojas negras, que estuvimos un mes nada más en el circuito del Abasto y estoy armando un espectáculo de burlesque, así como habíamos hecho previo a la pandemia en el Provincial de Mar del Plata en plena temporada de verano, pero ahora va a ser acá y no puedo contar mucho más.

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