Paco Márquez: “Mi vocación siempre era la actuación”

El actor, en su primer protagónico, ofrece una lograda interpretación en la nueva versión de una serie israelí.

AtresPlayer Premium acaba de estrenar Honor, versión española de Kvodo, con Da­río Grandinetti al frente del elenco. En ella, Paco Márquez encarna a Alex, un joven que tiene un grave ac­cidente y acude a su padre (Grandinetti), un juez intachable que ayudará a su hijo a como dé lugar. Para saber más detalles de la propuesta, de ocho episodios, hablamos con Márquez.

—Antes de hablar de la serie y tu complejo rol, contame, ¿cuándo supiste que querías ser actor?

—Desde pequeño. Siempre mis padres me llevaban al teatro. Mi padre hacía teatro y cine, y tampoco tenía muy claro que ellos querían que me dedicara al teatro, pero me llegó la oportunidad de poder estudiar en la escuela de arte dramático de Sevilla, y decidí empezar a formarme, y ya cuando empezaron a llegarme las primeras oportunidades yo podía empezar a trabajar, y de hecho tocando decidí tomármelo más ­profesionalmente, es decir, con 19 años empecé ya a tomármelo más profesionalmente.

—Tus padres te llevaban al teatro. ¿Tenías algún referente en el mundo de la actuación o alguna película de esas que uno ve muchas veces y que piensa: “Bueno, qué lindo sería estar ahí en algún momento”?

—¿De pequeño te refieres?

—De pequeño o en el momento que tomaste la decisión de dedicarte a la actuación...

—No tenía muchos referentes y muchas películas. A mí por ejemplo, como también soy andaluz, me fijaba mucho en... Bueno, es demasiado, un referente muy grande, pero me fijaba mucho en Antonio Banderas o Antonio de la Torre, porque los veía que también eran de aquí de mi tierra y digo que si ellos lo han hecho, por qué no ponerme en su lugar.

—¿Y en algún momento se te cruzó por la cabeza por ahí dedicarte a otra cosa? Más allá de que ya sabías qué era la actuación, ¿pensabas tener alguna otra profesión?

—Mientras estudiaba, yo trabajaba por ejemplo en almacenes o también estuve trabajando de repartidor y lo que me gustaba a mí era la docencia, y pensé: “Si no me sale esto quizá me intentaría hacer magisterio o alguna posición”. Pero realmente mi vocación siempre, aunque en un futuro yo digo bueno, aprenderé como hobby, pero mi vocación era la actuación.

—¿Qué te pasó la primera vez que estuviste en un set de televisión o de cine? ¿Qué sentiste?

—Pues la primera vez que estuve, la verdad que me encontraba muy perdido, pero era como si estuviera al final en un parque de atracciones. Yo veía como mucho caos, pero me atraía ese caos que yo veía. Por ejemplo, ya durante Honor, durante esta serie, que todo ese caos se queda mucho más claro y empieza a conectar y a entender cómo moverse, cómo se desenvuelve, cómo andar, con quién hablar. Y ya empiezo a ver todo ese caos muy ordenado. Y esto es una evolución que he tenido hace poco, porque no he tenido una experiencia de ir tan seguido a grabar. Y me ha encantado cómo de repente se me ha presentado esto.

—Hablemos de Honor, antes de preguntarte por tu personaje y tu trabajo con los compañeros, ¿habías visto alguna de las versiones anteriores?

—Cuando me llegó el primer casting vi el primer capítulo de Your honor (la versión norteamericana) y fue complicado para mí porque no tenía, creo que lo daban en Movistar, la cadena para verla, así que vi el primer capítulo con poca calidad más o menos. Y cuando lo vi, lo hice para tener una idea de, no sé, del tono y el primer capítulo.

—Para un actor, ¿cómo es encarnar y componer un personaje tan fuerte como el de Alex?

—Para mí, interpretar a Alex ha sido sencillo en el sentido de que no es alguien muy alejado de mí, en ciertos aspectos sí, pero al final lo que a él le ocurre es muy fuerte, pero en el momento en el que está de tener 18 años, encontrarte un poco perdido, querer sentirte ya adulto aun sabiendo que no lo eres. A partir de ahí fue cuando donde empecé a tirar, es decir, vi primero las similitudes que yo tenía con Alex, me quité las diferencias y a partir de ahí empecé a crear a ponerme en el lugar de alguien que ha perdido, bueno, que ha perdido a su madre y justo el año comete el accidente, meterte en ese momento pero tampoco conseguía realmente sentir eso pero es como sentir que tu vida, que ya creías que estaba por arriba, se pone aún más por arriba.

—¿Y cómo era salir, digamos, del personaje y del set? Imagino que las jornadas de filmación deberían ser intensas. ¿Qué hacías después de cada rodaje para distenderte?

—Claro, yo al final estaba muy cansado. Tenía mucha motivación, digo, todos los días con mucha motivación y con mucha energía. Pero después de las 12 horas de rodaje acababa realmente cansado. Y cuando llegaba a mi casa, yo tenía que estar preparándome las secuencias del día siguiente. Entonces, realmente no llegaba a desconectar mucho del personaje. Pero sí que a lo mejor mis padres o mis amigos y mis seres queridos, que estaban cerca de mí durante el rodaje, me veían poco y cuando me veían me decían: “Tú no estás contento, tú no estás pasando bien, te veo triste”. Yo estaba superfeliz, yo entre mis compas, pero claro, a lo mejor debido al cansancio y al estar constantemente pensando 12 horas: “Acabo de matar a un chaval, mi madre está muerta”, no se me notaba, o no transmitía yo felicidad, notaba más que me vería estresado, agobiado, pero yo realmente no me sentía así, era lo que transmitía.

Trabajar junto a Darío Grandinetti y los nervios del estreno

—¿Cómo fue compartir con Darío Grandinetti? ¿Qué trabajo hicieron para estar conectados y crear este padre e hijo tan importantes para la serie?

—Este es mi primer gran proyecto y Darío tiene una carrera como, bueno, ejemplar. Entonces realmente yo me sentía como un hijo, porque yo estaba naciendo como actor al lado tuyo y él era un referente, un padre. Ya desde ahí la relación, aunque personal fuera otra, ya podía extrapolar a la de la serie, porque me sentía su hijo, además él siempre desde el momento uno me trató con mucho respeto, como si fuera yo un actor que es lo que era. Como otro actor me daba, me hacía sentir con respeto, pero él me daba muchos consejos sin querer dármelo. Yo veía, lo observaba cómo se comunica con los directores, cómo se comunica con el equipo y yo iba aprendiendo, iba replicándolo como un hijo.

Él desde el primer momento me hizo sentir cómodo. Recuerdo que en el casting me dijo una frase que me dijo: “Paquito, muy bien”, y yo ya estaba supercontento cuando hice el casting con él, porque él estaba presente, él ya estaba escogido como personaje y yo ya en el casting sentía que había logrado un triunfo porque decía: “Joder, he hecho una prueba junto a Darío Grandinetti, estoy delante de una cámara junto a Da­río”. Y cuando me eligieron para el perso­naje, tuve los primeros contactos con él.

Es muy natural y muy sensible, conectamos rápido porque los dos nos encanta el fútbol y era todo el día, no hablábamos tanto de nuestra relación como los personajes, como ahondábamos en relaciones personales y en conversaciones más normales por lo que empezamos a crear uno con la relación de la normalidad.

—¿Cómo estás viviendo ya la previa al estreno? ¿Vas a hacer algo especial el día del estreno?

—Lo estoy viviendo, yo no sentía nervios, pero sí que mi entorno está muy emocionado. Yo también, pero como tampoco todavía no lo he visto, tampoco siento todavía los nervios. Con esto de las entrevistas estoy también un poco nervioso. Y bueno, con nervios y teníamos pensado, sí, verlo con todos mis amigos, mis familiares, pero como va primero a AtresPlayer, primero a la plataforma. Creo que eso lo vamos a dejar para cuando se estrene en abierto y hacer algo más grande. Pero esta vez primero vamos a vernos más en Petit Comité, mi padre, mi hermana y algún que otro familiar cercano. Y ya está, lo vamos a dejar para más adelante porque también yo creo que me va a im­presionar y creo que con mucha gente a mi alrededor no voy a disfrutarlo tanto, entonces preferimos verlo así.

Noticias Relacionadas