Shawn Levy: “Me encanta contar historias”

El jueves 2 de noviembre llega la poderosa adaptación de la novela ganadora del premio Pulitzer que atrapó a los lectores.

La miniserie La luz que no puedes ver, dirigida por Shawn Levy, llegará el próximo jueves 2 de noviembre a Netflix. Narrará la historia de Marie Laure y Werner, dos personajes completamente opuestos que se unen en una apasionante historia.

Marie Laure y Daniel, su padre, escapando de la guerra, hallan refugio en Saint Malo, en la casa de un solitario tío que transmite mensajes en una radio clandestina como parte de la resistencia. A pesar de todo, en esta ciudad que alguna vez fue idílica, el camino de Marie Laure también se entrecruza de forma inexorable con el alma bondadosa más impensada: Werner, un brillante adolescente reclutado por el régimen de Hitler para rastrear transmisiones ilegales. Es protagonizada por Aria Mia Loberti y Nell Sutton, que interpretan a Marie Laure —joven y pequeña, respectivamente—, y a las estrellas Mark Ruffalo, como Daniel LeBlanc; Hugh Laurie, como el tío Etienne; Louis Hofmann, como Werner; Lars Eidinger, como Von Rumpel, entre otros.

Con la habilidad de entretejer las vidas de Marie Laure y Werner en el transcurso de una década, La luz que no puedes ver es un relato que muestra el extraordinario poder que tiene la conexión humana, un faro de luz que nos puede guiar incluso durante los momentos más oscuros de la vida. Hablamos con Levy para saber más detalles de la propuesta.

—Te conocemos generalmente por tu trabajo en comedia. ¿Cómo fue saltar a este intenso drama?

—Tengo que decirte que no encontré esta transición difícil. Me pareció realmente gratificante. Tuve éxito en la comedia. Me encanta hacer comedia. Me encanta hacer películas de aventuras y de acción. Pero me encanta contar historias y, como espectador, me encantan los distintos tipos de películas y programas. Así que, como cineasta, mi sueño siempre ha sido hacer distintos tipos de películas y programas, y uno de los privilegios de hacer un trabajo de éxito es que ahora puedo elegir lo que voy a hacer. Me pareció una experiencia muy diferente, pero muy satisfactoria y no tan difícil. Solo muy diferente.

—¿Leíste el libro antes de encarar el proyecto?

—Sí, leí el libro antes de planteármelo como director. Leí el libro simplemente como alguien a quien le gusta leer libros y cuando lo hice los derechos del mismo ya no estaban disponibles. Hubo otro productor que intentó adaptarlo al cine y varios años después me enteré de que habían fracasado, que no encontraban la manera de transponer 550 páginas y meterlas en dos horas. Así que me acerqué al novelista y le expliqué que quería hacer una serie limitada que podría ser de tres horas, cuatro horas, seis horas y que realmente podría hacer justicia al libro y eso es lo que terminamos haciendo.

—El libro tiene muchos fanáticos alrededor del mundo, ¿sentiste presión a la hora de trabajar en la adaptación?

—Para empezar, yo soy uno de ellos. Sentí la presión de honrar un libro que me encanta y me he hecho amigo del novelista, entonces tuve la presión de enorgullecerlo. Pero la verdad es que cuando trabajo en Stranger Things o en Deadpool vivís con presión, te volvés muy bueno acallando todas las demás voces, y simplemente hacés tu trabajo y confiás en tus instintos creativos. Así que eso es lo que hice en esta serie también.

—Me encantó el trabajo de todos los intérpretes, pero en particular el de Aria y Louis, ¿cómo lograste que transmitieran tanto en sus actuaciones?

—Bueno, dirigir siempre es un poco como un truco de magia. Es como ser un padre, un psicoterapeuta y un amigo, y esto era interesante porque tenía dos actores jóvenes, pero uno de ellos es un profesional con experiencia, increíble en su trabajo y que ya entiende el oficio, Louis. Aria nunca había actuado en nada antes, así que en el set con estos dos jóvenes actores tuve que utilizar un lenguaje muy diferente con él y con ella porque Aria estaba aprendiendo el trabajo mientras hacía el trabajo. Así que requería mucha de mi energía para educarla y ayudarla y hacerla sentir cómoda. Para entender este arte y este medio, mientras que a Louis podía darle una frase y él la ajustaba con Aria. Se requirió más tiempo, más paciencia y una conexión más íntima para que aprenda una forma de arte completamente nueva para ella.

—Nos han contado varias historias sobre la Segunda Guerra Mundial. ¿Por qué creés que todavía nos atrapa?

—Bueno, por un lado, esta no es una película de guerra o un espectáculo de guerra. La guerra es el telón de fondo para la intimidad de los personajes. Creo que nuestra fascinación por las historias de la Segunda Guerra Mundial es que sabemos que la humanidad es capaz de grandes males. Lo vemos todos los días. Lo vemos en nuestro mundo cada vez que nos rompe el corazón. ¿Y cómo protegemos la humanidad de nuestro corazón cuando nos lo rompen? Por las circunstancias que los humanos crean y el mal que los humanos pueden hacer, así que creo que esta tensión entre un mundo desafiante y a veces oscuro y la tenacidad del espíritu humano. Es un conflicto eterno, un reto eterno, pero también es eternamente importante y por eso quise hacer este programa.

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