entrevista

Sofía Gala Castiglione: “El cine independiente ya no está más y no se toman riesgos”

El estreno de película en la que debuta como directora, una obra de teatro y la impactante producción que la tiene como protagonista marcan el ritmo de sus días.

Una de las más talentosas intérpretes de nuestro país, Sofía Gala Castiglione, vive un presente pleno, entre la creación propia, la familia y los estrenos de varias propuestas en diferentes soportes. La excusa de la charla con el diario Hoy fue la presentación de Reina animal, de Moroco Colman, en el marco de Noches Especiales, pero también los estrenos de Fobia, que se vio hasta ayer en el CCK, que codirige con César González, y Los padres terribles, obra de Jean Cocteau que subió ayer a la Sala Caras y Caretas en CABA.

—Estreno de película propia, obra de teatro, Reina animal, no parás…

—Mirá, sabés que estoy bastante tranquila igual este año. O sea, sigo estrenando películas que hice el año pasado, estrenando Fobia por suerte, al fin, y ahora por estrenar Los padres terribles de Cocteau, muy contenta. Pero este año arranqué un poco más tranca porque tengo a los chicos en una edad escolar en la que necesito estar ahí, siendo mamá soltera; y como hasta hasta mayo, junio, que no se me acomodan las cosas. Los ensayos con Daniel Veronese son todos los días, son de muchas horas. Entonces dije, bueno, vamos a hacer teatro, probablemente tengo unos proyectos ya para pelis y cosas, pero para la segunda mitad del año. Y estoy muy contenta, la verdad, con el ritmo y con las cosas que van saliendo.

—Hablemos de Fobia, que finalmente pudieron estrenarla…

—Es una película que cambia mucho en el cine. Yo la vi por primera vez en sala y es una gran experiencia. César hizo un trabajo de edición terrible. Cuando la vimos en cine vimos cómo la película cambia y crece, porque justamente es una película visual, poética, experimental. Entonces el sonido, el cine, el ritual, meterte en esa fiesta permanente que propone Fobia me parecía muy interesante para eso. Y la verdad estamos en un camino súper autogestivo, que me parece muy importante también en este momento, porque pareciera que si no tenés plata no tenés recursos y si no tenés un agente de prensa no existís, pero en realidad eso es una realidad que solo sucede mediáticamente en algún punto, porque tuvimos llenas todas las funciones. Esta peli es una peli independiente de verdad, nadie puso un mango, la hicimos con los recursos que teníamos. Para mí era muy importante y me pone muy contenta que realmente funcione de esa manera. No quiero tirar mierda a nadie porque soy parte de esta industria y trabajo, pero creo que hay algo de los streams y de todo esto que parece que... Cuando vos decís una película independiente, independiente, con menos de un millón de pesos, el cine independiente ya no está más y no se toman riesgos porque está todo tan asépticamente filmado. Ahora sale gente diciendo “esto está mal filmado, bien filmado”, como rompiendo todo lo que tiene que ver con el arte, que mal o bien para mí no existe. Lo bueno y lo malo le quita completamente el significado al cine, a cualquier arte. Está buenísimo animarnos, creo que todos los que tengan ganas de decir algo pueden agarrar, porque en realidad tenemos recursos de más. Tenemos un montón de ideas y hay una movida a la que siento que no se le presta atención. Fobia fue una movida realmente de desesperación. En un momento en el que nos juntábamos solo en casa y se empezaban a potenciar las reuniones, que por ahí al principio eran cosas pequeñas y se terminaron transformando en que nos juntábamos a charlar, y de golpe nos empezábamos a montar y se conectaban los instrumentos, y alguno traía algo para leer. Empezaban a pasar muchas más cosas por necesidad. Y empezando a filmar eso, nos fuimos dando cuenta de que teníamos una peli ahí. Una peli de una experiencia de un grupo de amigos. Creo que ahí está el lugar identificable de todos, porque todos tenemos nuestra tribu con nuestros pensamientos en común.

—¿Cómo llegaste a Reina animal y cómo fue componer el personaje?

—Llego al proyecto casi directo con Moroco. Tenemos una reunión, creo que fue en cuarentena. Y la cuarentena me ayudó mucho porque Reina es un personaje superaislado, tiene un trabajo totalmente marginal. Entonces solo anda de noche, y la verdad es que me sirvió mucho aislarme yo también para crear el personaje. Y el tema de la concientización me interesó mucho, la manera en que muestra cómo nosotros vemos un pedazo de carne bien envuelto, y por otro lado de dónde sale todo eso, la crueldad con la que sale y la industrialización con la que se hace. Y cómo a veces no tenemos perspectiva de las cosas que consumimos, que comemos, que se encadena en un montón de situaciones en las que sufren otros seres vivientes. Yo trabajo con eso. Tengo una hija vegetariana por elección, que tiene nueve años, y en mi casa empezamos a seguirla. Con ella tuve que empezar a meterme en una idea mucho más imaginativa y creativa de la comida y su concientización me hizo empezar a concientizarme. No era una niña a la que no le gustaba la carne, sino que por una decisión que ella tomó por algo que le parece demasiado cruel, me hizo concientizar a mí. Y cuando me llegó Moro con esta propuesta me pareció muy interesante el punto de vista. Cómo va contando y mostrando no me pareció una bajada de línea, que es la única manera de llegar a este tipo de actitudes: es cambiarlas a partir de uno, como todo. Podemos hacer una película pancartista y panfletaria sobre la adicción, pero hasta que vos no te quieras recuperar, no hay recuperación. Y así con todo.

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