entrevista
Zoe Hochbaum, Miranda de la Serna y Manu Fanego presentan Verano Trippin
Mañana llega a los cines esta divertida y disruptiva comedia donde nada ni nadie es lo que parece.
Verano Trippin, la ópera prima dirigida por Morena Fernández Quinteros, protagonizada por Miranda de la Serna, Zoe Hochbaum y Manu Fanego, con la participación especial de Lali Espósito llega a los cines y hablamos con de la Serna, Hochbaum y Fanego para conocer detalles.
—Cuéntame un poco ¿cómo fue sumarse a esta locura divertida?
—Manu Fanego: Yo fui el último.
—Zoe Hochbaum: Como dijiste es un delirio total. Estábamos de vacaciones con More y me contó una idea que venía laburando, pero sin ánimos de nada. Y me obsesioné y estuve toda la semana diciendo, ¿cómo la encaro? Y le dije hagámosla en serio. Hagámosla real. Creo que no lo podíamos creer hasta hoy. Hasta ni siquiera la Avant. Todavía no lo podemos creer. Y medio que todo lo que pasó después se volvió de manera muy placentera, y lo loco es que yo a Miranda no la conocía. Sabía quién era perfectamente. La había visto en Errante Corazón, me había encantado. Sabía quién era, además teníamos mucha gente en común. Y no nos habíamos cruzado.
—Miranda de la Serna: Sí, raro. Rarísimo. Porque teníamos muchos amigos en común.
—ZH: Y ella en ese momento estaba viviendo en Madrid. Yo justo viajaba a Madrid. Y dijimos, bueno, tengamos una cita. Conozcamos qué vamos a hacer y fue amor a primera vista. La verdad que fue muy inesperado y muy fácil.
—MDLS: Ya había como algo del vínculo que ya estaba establecido desde el principio.
—ZH: Estaba ahí todo... El amor ya estaba. Todo lo que quedaba era construir lo siguiente. Y era muy loco, además como a la vez que Tony y Lena están atravesando un desamor, Miranda hizo todo lo contrario y nos pasaba, lo contamos hace poco, que en la pelea, en la escena de la pelea, nos pusimos re mal. Porque después era como, ché, ¿estás bien? Y Manu también fue así como muy parecido. More llegó un día de verlo y me dijo quiero que él sea el policía. Y después al tiempo, bueno, ahora es mi novio.
—MF: La película es una mezcla de un género que se está desarrollando.
—Tu personaje es la antítesis de vos, ¿no?
—MF: Es horrible. El malo, la antítesis. Nada que ver. A mí me encantó. Fue totalmente lúdico. Con los compañeros, entonces ahí se armaba como un ping-pong que era interesante y que a mí como personaje me hacía crecer. Y yo sentí que en todo el elenco un poco se dio eso de crear entre todos algo. Y que a cada uno nos significaba algo particular. Nos devolvía. Ese tirar a rebotar entre el elenco nos devolvía algo para mi propio personaje.
—MDLS: Yo creo que también algo que pasó más que nada en el set fue que nos hicimos muy amigos de todos, ¿viste? Y antes de tirar toma estábamos todos como con una especie de viaje de regresados porque estábamos en la noche. Y esa frescura que nos agarró en el set siento que se ve en la pantalla, y fue como casi como un juego. Y también algo que tiene la peli que tiene los roles muy marcados, por ejemplo, es muy raro que te toque hacer del malo, el malo. Y nada de hacer tipo una obra de Shakespeare para tener el malo clavado, el diablo, no sé, fue muy divertido. Yo lo veía gozando.
—¿Cómo es estar de un lado y del otro?
—ZH: Hay veces que cuesta más que otras pero yo siento que hacer ambas cosas me ayuda para lo otro. Porque realmente son antagonistas. El productor y el actor son como están uno en cada punta. Siento que soy como una nueva generación de productores que un poco lo que hacemos es unir. Como más paridad. Y en esa unión me siento muchisimo más cómoda. Porque al final los actores somos autogestivos, somos productores. En mayor o menor escala, no importa. Entonces es una peli también de productores. Y porque los actores tenemos eso de autogenerar las cosas. Cuando no vienen de afuera yo terminé siendo productora por esa necesidad.
