Abasto se movilizó para pedir más cámaras y seguridad

Los vecinos se reunieron con autoridades de la Policía de la Provincia.

Un grupo de vecinos de Abasto se cansó de la inseguridad. No aguantan más. Quieren recuperar la tranquilidad que históricamente tuvo este lugar, rodeado de campos, verde y animales. Hoy la selva de la ciudad se trasladó hacia la zona Oeste y los contribuyentes que pagan sus impuestos al día exigen mayor presencia del estado municipal.

El lunes a la noche, la odisea de una familia fue la gota que rebalsó el vaso.

Un grupo de delincuentes sorprendió a la familia Balcarce que tiene una ferretería en la zona de 516 y 207. Allí ocurrió un desastre: sangre por todos lados, golpes a una anciana y un matrimonio atado y lastimado, generaron la indignación de todo el pueblo.

Ayer, convocados por la familia Scottini, que junto a los Vallejos, los Resca y los Balcarce son de las más tradicionales de la zona, tuvieron que acudir las autoridades de la Policía de la Provincia de Buenos Aires para intentar atenuar la bronca.

Sebastián Perea, acompañado por el comisario de Abasto, el Director Provincial de Prevención del Delito y la Violencia de la Subsecretaría de participación ciudadana, Carlos Viceconte, el jefe de la estación Maximiliano Pereda y la abogada Solange Marcos acudieron a la cita y comprometieron la presencia de dos motos que ya empezaron a patrullar la zona.

De todas maneras, en el lugar se reclamó por implementación de más cámaras de seguridad, que el municipio parece haber reservado para la zona del Casco Urbano, o para las avenidas para multar con el límite de velocidad máxima a los automovilistas.

“Nunca llegaron las cámaras y el municipio se olvida de Abasto”, reclamaron los vecinos reunidos con las autoridades de la Policía en la zona.

Karina Balcarce, sin embargo, aportó un relato conmovedor que estremeció a los policías al narrar la crueldad con la que actuaron los malvivientes en su casa.

“Se metieron por el fondo. Me sorprendieron cuando subí a mi casa, que está arriba del negocio. Cuando mi marido quiso subir a ver qué estaba pasando, porque tardaba mucho en bajar, le dispararon porque se quiso escapar. Nos ataron y nos obligaron a caminar con los pies atados. Nos pegaron y nos vaciaron la casa”, explicó.

Se calcula que la familia Balcarce perdió más de 9 millones de pesos en el robo, contemplando la mercadería que se llevaron del local (más de 50 moladoras para trabajar) y una camioneta de uso personal.

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