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Buscan reutilizar lana de oveja para la construcción

Se trata de un material que no tiene uso en la industria textil, pero que podría ofrecer ventajas acústicas en edificios.

¿Se puede transformar un desperdicio de la industria ganadera para mejorar la acústica y eficiencia energética de las construcciones? Un trabajo del Laboratorio de Acústica y Luminotecnia (LAL) sugiere que sí. El centro de investigación perteneciente a la Comisión de Investigaciones Científicas (CIC) bonaerense está investigando las cualidades térmicas y acústicas de la lana de oveja que se descarta pensando en reutilizarla.

Se trata de toda la lana de oveja que se genera con las esquilas sanitarias que se hacen anualmente en aquellas ovejas que están destinadas a la obtención de carne. Según el Senasa, en Argentina se generan 3,8 millones de kilos anuales de lana que los productores terminan quemando o enterrando. El trabajo del LAL busca aprovechar este desperdicio teniendo en cuenta sus cualidades para la industria de la construcción.

La investigación se enmarca en el proyecto “Abriga”, que ya está reciclando lana de oveja para hacer aislantes térmicos y acústicos. Sin embargo, el aporte del laboratorio de la CIC apunta a entender mejor el funcionamiento de la lana y maximizar sus virtudes. La clave está en la cantidad de fibras de cada manto, en su densidad y en el aire que le queda.

“Lo que estamos evaluando es cuán fonoabsorbente es el material. Entonces se lo puede armar con distintas densidades, puede llegar a tener un aspecto de manto, paño o de un fieltro. Mientras le van investigando técnicas de fabricación y de coloración para darle aspectos diferentes, evaluamos cómo cambian sus propiedades acústicas a medida en que se modifica la densidad o el espesor del material”, explicó la ingeniera en Telecomunicaciones Nilda Vechiatti.

Las aplicaciones de esta lana de oveja antes descartada son múltiples en lo que respecta a la construcción. Los paneles que se fabrican podrían usarse en oficinas donde hay muchas personas trabajando sin división de paredes para bajar el nivel de bullicio. También, en viviendas hechas con construcción en seco, para colocar entre los paneles de las paredes y también en los de los techos. Esto bajaría el nivel de ruidos de pisada que se siente en una planta baja provenientes del primer piso, por ejemplo.

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