Ciencia

Crearán una caja negra que registre el cambio climático

En Tasmania (Australia) construirán una bóveda de acero que señalará los patrones climáticos de calentamiento de la Tierra. Va a escuchar lo que decimos y hacemos, creando un archivo que podría ser crucial.

En una parte remota de Australia, una bóveda de acero del tamaño de un micro escolar registrará los patrones climáticos del calentamiento de la Tierra: escuchará lo que decimos y hacemos y creará un archivo que podría ser crucial para descifrar los tropiezos, en caso de que la humanidad sea destruida por el cambio climático.

La bóveda, conocida como Earth’s Black Box, será construida en Tasmania, una isla australiana. La caja funcionará de forma muy parecida al registrador de vuelo de un avión, en el sentido de que pretende esclarecer lo que condujo a la catástrofe, aunque esta sea mucho más devastadora.

Pero los creadores de esta nueva caja negra, incluidos investigadores de datos de la Universidad de Tasmania, artistas y arquitectos, dicen que esperan que no sea necesario abrirla.

El proyecto no es el primero que intenta rescatar piezas de civilización para la posteridad. Los científicos han construido depósitos para todo, desde cultivos de alimentos esenciales hasta hielo de glaciares y embriones congelados de animales. Otros han tratado de ocultar nuestros desechos nucleares para que las generaciones futuras puedan evitar el material mortalmente tóxico.

Como funcionará

Los creadores de la caja dicen que registrará las acciones (o inacciones) de los líderes al buscar en Internet palabras clave relacionadas con el cambio climático de diarios, redes sociales y revistas revisadas por pares. Recopilará métricas diarias, incluidas las temperaturas oceánicas y terrestres promedio, la concentración de dióxido de carbono atmosférico y la pérdida de biodiversidad.

No se espera que la bóveda, una caja de 10 metros de largo hecha de acero de 8 centímetros de espesor, esté terminada hasta mediados del próximo año. Los datos se almacenarán en un disco duro gigante, automatizado y alimentado por energía solar, con capacidad para recopilar información durante 50 años. Tasmania fue elegida por su relativa seguridad geopolítica y ambiental; el monolito estará diseñado para ser resistente a amenazas como ciclones, terremotos. Si el planeta se acerca al cataclismo, las instrucciones para abrir la caja estarían grabadas en su exterior; este mensaje no se puede poner antes por temor a que vándalos intenten abrirla.

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