Crece la angustia y la tensión entre los familiares
Itatí Leguizamón, esposa de uno de los tripulantes, denunció que parientes de los submarinistas la agredieron. “Se sintieron ofendidos porque estoy afirmando que están muertos”, sostuvo
Itatí Leguizamón, esposa del cabo primero y radarista Germán Oscar Suárez, del submarino ARA “San Juan”, denunció ayer que familiares de otros tripulantes de la embarcación la insultaron y quisieron agredirla por haber dicho que no cree en la posibilidad de que sean rescatados con vida.
La mujer llegó poco antes del mediodía a la Base Naval de Mar del Plata para esperar el nuevo parte de la Armada Argentina, como lo hace cada día desde que comenzó la búsqueda. Según explicó, “antes de ingresar al Casino de Oficiales, los familiares que estaban en el lugar empezaron a insultarme” y el personal de la Armada le pidió que se retirara para evitar un conflicto mayor.
“Me acerqué para saber si había alguna novedad y el 90% de las familias me empezó a agredir. Me quisieron pegar, me dijeron que me calle, que si quiero a hablar, que hable por mí”, relató Leguizamón.
La mujer explicó que su madre y su cuñada intervinieron para que no la golpearan y que le pidieron “que se retirara y no regresara más al predio naval”. Con respecto a los motivos de ese trato hacia su persona, la esposa de Suárez afirmó: “Se sintieron ofendidos porque estoy afirmando que están muertos. Ellos pueden pensar lo que quieran, pero ¿por qué me tienen que agredir a mí, si yo estoy atravesando el mismo dolor? Si ellos no lo quieren aceptar es su problema”.
“Les molestó que dijera la palabra viudas, aunque yo no recuerdo haberla dicho. Ellas dicen que no se consideran viudas y me empezaron a decir de todo. Creen que los van a encontrar”, dijo.
Leguizamón se convirtió en una de las voces más críticas hacia el manejo de la información de la Armada desde que comenzó la búsqueda del submarino e insistió en que “no hay posibilidad de vida”.
Dos hermanas ayunarán hasta que encuentren a los 44
El domingo, Marta Vallejos, hermana del suboficial Celso Oscar Vallejos, uno de los 44 tripulantes del submarino ARA “San Juan”, afirmó que había iniciado un ayuno “como persona de fe, para que Dios lo traiga de nuevo”. Ayer, la menor de los tres hermanos, Malvina, de 25 años, se sumó a su iniciativa.
En tanto, Marta aclaró: “No es una huelga de hambre, como circuló en algunos medios, sino un ayuno”, y lo definió como “un sacrificio a Dios”. Por su parte, Malvinas explicó: “Nosotras somos creyentes, encaramos esto como muestra de fe y lo vamos a sostener hasta que estén todos de regreso”.
Las dos hermanas coinciden en que la situación es compleja, pero confían en el profesionalismo de la tripulación del buque.
En Mar del Plata, el fútbol también se conmovió por los submarinistas
Cinco de los 44 tripulantes del submarino ARA “San Juan” son árbitros en distintas categorías del fútbol de Mar del Plata. Se trata de Roberto Medina, Jorge Ortiz, Sergio Cuéllar, Celso Vallejos y Víctor Coronel y, por la incertidumbre acerca de sus destinos, el domingo pasado no se jugaron partidos en algunos barrios, donde los fines de semana ellos actuaban en torneos comerciales.
“Preferimos esperar, cancelar la fecha, porque el ánimo no es el mejor”, afirmó Hugo Sánchez, que integra uno de los 16 equipos. “Hace siete años que los conocemos, son nuestros árbitros y con algunos somos amigos”, completó Sánchez.
Por su parte, el representante del sindicato de árbitros de Mar del Plata, Hugo Rojas, sostuvo la esperanza de que se encuentre el sumergible y a sus tripulantes con vida, por lo cual “no se piensa en suspender ninguna actividad deportiva”, concluyó.