CIENCIA

Cuarta dosis contra la Covid en adultos mayores: un nuevo estudio es alentador

La revista científica Lancet divulgó el nuevo trabajo. Qué dice sobre su eficacia y cómo puede ayudar a un paciente mayor de 80 años.

El nuevo trabajo publicado muestra que, en los dos primeros meses después de la cuarta dosis, tanto los mayores de 80 años que vivían en casa como los que lo hacían en retiros tenían un menor riesgo de morir en comparación con quienes tenían solo tres dosis durante el mismo período. “Sin embargo, después de dos meses, el efecto comenzó a disminuir un poco”, indicó Peter Nordström, profesor y médico jefe del Departamento de Medicina Comunitaria y Rehabilitación de la unidad de geriatría de la Universidad de Umeå y primer autor compartido del estudio.

Cómo fue la investigación

La investigación consistió es un estudio observacional basado en datos del registro nacional de la Agencia Sueca de Salud Pública, Estadísticas de Suecia y el registro nacional de calidad Senior Alert. Los investigadores compararon el riesgo de muerte independientemente de la causa, entre enero y mayo de 2022, en personas que recibieron una cuarta dosis de la vacuna contra Covid-19, en comparación con las que obtuvieron tres dosis durante el mismo período.

Esta situación fue analizada por los especialistas en parte en un grupo de unas 400.000 personas que tenían al menos 80 años, y en parte entre unas 25.000 que vivían en viviendas especiales de retiro.

Qué muestra el estudio

“Los resultados de nuestro estudio apuntan a buenos efectos de la cuarta dosis incluso entre los más ancianos y frágiles, pero también que el efecto comienza a disminuir ligeramente después de un par de meses. Por lo tanto, probablemente sea importante programar cuándo se administrarán las dosis de recarga a estas personas, por ejemplo, en relación con los brotes del virus, para garantizar que la mayor cantidad posible tenga protección durante un tiempo suficientemente largo”, indicó Marcel Ballin, estudiante de doctorado en geriatría en la universidad de Umeå y también primer autor.

“Hay pros y contras, pero de las limitaciones de observar la muerte después de una prueba positiva o la atención hospitalaria, sabemos que los más ancianos y frágiles ingresan con menos frecuencia en el hospital”, concluyó Anna Nordström, profesora adjunta de salud pública y coautora de la investigación.

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