cultura

Curiosas historias de banderas del mundo

Desde la más antigua del mundo hasta la que soñó cobijar a todos los pueblos hispanoamericanos, las insignias patrias están llenas de historias para contar.

La bandera nacional más antigua del mundo es de Dinamarca, cuyo uso se remonta a 1219. Ha sido imposible conservar el ejemplar original de la bandera; pero, luego de una intensa labor de búsqueda, se llegó a la conclusión de que la bandera danesa entró en vigencia durante la Batalla de Lindanise. A diferencia de otras banderas más antiguas que se extinguieron o los estandartes de otros países que se modificaron con el correr de los años, su diseño siempre se caracterizó por tener un fondo de color rojo y estar acompañado por una cruz nórdica blanca levemente desplazada hacia el margen izquierdo del paño.

Un capitán del ejército uruguayo, don Ángel Camblor, tuvo la generosa idea de dotar a los pueblos americanos de habla hispana de una bandera común, como concreción de la antaño llamada “Día de la Raza”: la bandera era blanca, distintivo de la paz, con tres cruces moradas en una misma línea, evocadoras de las que ostentaban en sus velas las tres carabelas de Cristóbal Colón. Por detrás de la cruz mayor aparecía un sol naciente. Con gran solemnidad, la mano de la insigne poetisa uruguaya Juana de Ibarborou izó esta bandera el 12 de octubre de 1932, en la Plaza Independencia de Montevideo. Al año siguiente también fue izada en el resto de los países sudamericanos y en España, naturalmente.

Durante la guerra por su independencia, Estados Unidos no usó su bandera actual. A principios de 1776, Washington dio a sus tropas –sin autorización oficial– una bandera formada por trece franjas blancas y rojas alternadas, con las cruces de San Jorge y de San Andrés en fondo azulen el ángulo superior izquierdo de la misma. El creador de la primera bandera oficial fue Betzy Ross y que el Congreso autorizó el 14 de junio de 1777 como insignia oficial de la República: constaba de trece franjas rojas y blancas, con trece estrellas blancas de cinco puntas cada una, formando una corona. En 1795, el Congreso volvió a modificar esta bandera, aumentando a quince las franjas y las estrellas por ser quince los Estados que entonces constituían la confederación. En la actualidad, el número de estas alcanza las cincuenta, distribuidas en hileras.

No hubo en todo Detroit asta de bandera tan alta como la de los almacenes de la J. L. Hudson Company: se elevaba 125 pies, por encima de la torre de 25 pisos. La bola revestida de oro batido en que terminaba el asta tenía un diámetro de dos pies. La bandera ondeaba durante toda la jornada de trabajo y atraía la atención de los habitantes. Y, si un súbito ventarrón la desgarraba, se multiplicaban las miradas; era preciso cambiar la bandera cada dos o tres meses. El interés despertado por las banderas hizo que los almacenes Hudson quisieran tener la “bandera más grande del mundo”: la primera de ellas fue fabricada por Annin and Compañy de Nueva York en 1923 (sus dimensiones eran de 230 pies por 90 y tapaba ocho de los pisos del edificio que daba a Woodward Avenue). Finalmente, el edificio fue demolido el 24 de octubre de 1998, siendo el más alto en ser implosionado.

Nuestra bandera fue creada por el General Manuel Belgrano el 27 de febrero de 1812, en el poblado de la Capilla del Rosario, Pago de los Arroyos, actualmente ciudad de Rosario. Fue consagrada con los mismos colores “celeste y blanco” por el Congreso de Tucumán el 20 de julio de 1816, debido a una iniciativa del diputado Juan José Paso, y ratificada por el mismo cuerpo en Buenos Aires, el 25 de febrero de 1818, incorporando el sol incaico en la franja blanca central.

La bandera tenía los colores de la escarapela y su creador ordenó a sus oficiales y soldados jurarle fidelidad diciendo: “Juremos vencer a los enemigos interiores y exteriores, y la América del Sur será el templo de la Independencia y de la Libertad”.

Por su parte, la bandera de la Provincia de Buenos Aires fue elegida por los alumnos de establecimientos de Educación General Básica y de Educación Especial de Gestión oficial y privada, a cargo de la Dirección General de Cultura y Educación, el 12 de agosto de 1997, fue oficializada por ley 11.997 y jurada el 14 de noviembre del mismo año en la Basílica de Luján.

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